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sesion7noviembreEl 7 de noviembre se aprobaron varias leyes malas del macrismo: la venta de decenas de inmuebles públicos, los bares en las plazas y la instalación de plantas de tratamiento de residuos en áreas verdes y predios linderos a escuelas. El diputado Alejandro Bodart, así como en la sesión anterior fue el único que votó en contra del innecesario endeudamiento para comprar vagones chinos de subte, que otros diputados “opositores” aprobaron junto al PRO, rechazó duramente este paquete de leyes que tendrá nuevos capítulos. Extractamos su discurso.

Voy a votar en contra de estas leyes. (Manifestaciones en la sala) Nadie lo duda; por eso las aseveraciones de algunos diputados del PRO. No les he votado ninguna de estas leyes y no voy a votárselas ahora. Y no se las voy a votar por varias cuestiones… Es evidente que alguien le dijo a algún funcionario: “Che, a ver cómo rematamos lo que podamos. Hagan una lista”. Así fue como surgieron estos expedientes. Tan es así que en la primera lista figuraban inmuebles que tuvieron que salir rápido a decir que no los querían vender. Así pasó con los terrenos de la Asamblea de Plaza Dorrego, la biblioteca La Nube y una serie de cuestiones que fueron de público conocimiento.

Se generan varias discusiones alrededor de este tema. Primero, es el uso que se le podría dar a todos estos terrenos que podrían ir a paliar, aunque mínimamente, el déficit de cerca de cien mil viviendas que tiene la Ciudad y que afecta a medio millón de personas. No es un déficit menor… Muchos de estos terrenos podrían servir para ello o podrían tener algún uso de tipo social. Sin embargo, eso al gobierno ni se le ocurre. La idea es vendan, vendan y vendan. Ya el año pasado vendieron también varias propiedades importantes.

¿Con quién se consultan estas cuestiones? Por ejemplo, hay Comunas. ¿Se les presentó a las Juntas Comunales el listado de todos estos inmuebles para que ellas estudien, caso por caso, y vean si es necesario venderlas o se pueden reasignar? No, para nada. Esto “viene de arriba”. Tan de arriba viene, que alguien hizo una lista y sin pensar en nada quiso vender inmuebles sin tener en cuenta que había otra ley que los protegía. Aquí ha primado el concepto de que hay que “rematar todas las joyas de la abuela” de la Ciudad. Así se vendió el Edificio del Plata y así se quieren vender ahora estos inmuebles.

Y esto va de la mano con otras leyes que no se van a tratar hoy, pero se van a empezar a considerar en estos días. Digamos lo que es. Esto es el inicio de un paquete que tiene como objetivo rematar todo lo que se pueda al servicio del negocio inmobiliario. Es la primera parte, tal vez la más chiquita del paquete. Después viene, como bien dicen muchos de los carteles que estoy viendo aquí, el shopping de Caballito, el plan de la Comuna 8 y otros más. Es un paquete global. Este es el inicio, y por eso creo importante rechazarlo.

Además, empecemos a pensar no solo quiénes van habilitarle a este gobierno los votos para aprobar este paquete -porque para vender y seguir vendiendo hacen falta 40 votos-, sino también quiénes seguirán dándole los votos, de aquí a fin de año, para que se puedan concretar todas las obras del gobierno. El año pasado muchos denunciamos un pacto entre el gobierno nacional y el local, que se conoció como el “pacto PRO-K”. Espero que este año no se sumen otros actores a ese pacto y que no haya sectores, que no sean del kirchnerismo o del gobierno local, que también le den votos para que puedan aprobar todas estas leyes.

El macrismo puede avanzar en esta lógica de vender todo, de entender que todo es una oportunidad de negocio y de facilitar el negocio inmobiliario, porque hay “votitos” que siempre están dispuestos a apoyarlos a cambio de algo. En esta oportunidad, se consiguen a cambio de muchos puestos que se están discutiendo. El año pasado, la negociación era ley por ley: “Yo te doy este negocio inmobiliario y vos dame un negocio inmobiliario a mí”. Los grupos y los patrones son parecidos. El Grupo IRSA está en todos: en los planes del gobierno nacional y en los del gobierno de la ciudad. Vuelvo a insistir: ya no se trata de negociar ley por ley, sino ley por cargos.

Pero les advierto que hay muchas organizaciones sociales y políticas que se han organizado y han hecho reuniones. Todas ellas están atentas a cómo votará cada legislador, sobre todo los que se retiran, a quienes les doy este consejo: sería bueno que terminen bien su gestión. Podrían volver a trabajar, si no han conseguido algún otro cargo, como lo hace el conjunto de la ciudadanía todos los días, y no cambiar su voto para tratar de buscar algún puestito votando leyes nefastas como las que se están preparando.

Llamo a la gente de buena fe a que no acompañe este ni los proyectos que siguen, y que no le demos el gusto a este gobierno para que siga entregando el patrimonio de la Ciudad… Por estos motivos, mi voto será negativo.

Asimismo, alerto sobre todo lo que se viene en esta Legislatura en los próximos días. De última, si quisiéramos actuar bien, esta ley no es ninguna prioridad: la podríamos postergar para que se discuta el año que viene en comisión, con un análisis de cada caso. Lo mismo con las otras leyes, incluso por una cuestión democrática, ya que se ha elegido una nueva composición de esta Legislatura. Deberíamos dejar que esa nueva composición resuelva los problemas. No dejemos que se impregnen de duda estas votaciones, cuando están en juego cargos y gente que se va y está buscando una salida laboral más importante que la que tenía al momento de entrar acá. (Aplausos).


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