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 Alternativa Socialista Nº 556 (12/10/11)

La semana pasada, Mauricio Macri remitió a la Legislatura su proyecto de ley de Presupuesto 2012. Una primera objeción es que dicho proyecto debería discutirlo no esta Legislatura sino la próxima que asume en diciembre, ya que expresa la voluntad política actual del electorado porteño. Al no hacerlo así, Macri y el PRO desprecian una vez más la decisión política de los vecinos.

Además de antidemocrática, la jugada macrista tiene un alto componente de trampa. Es que al terminar dentro de muy poco su mandato legislativo, buena parte de los diputados busca reciclarse en algún otro cargo político. Entonces, varios de ellos son más proclives que nunca a intercambiar favores con el oficialismo. Y tienen varias formas de hacerlo: votan a favor de proyectos del PRO, se abstienen o simplemente restan votos en contra. Es el vicio de los viejos partidos de negociar cargos por leyes.

Los peores: la Coalición y el espacio del kirchnerismo

A la hora de negociar, estos dos sectores están entre los principales interlocutores del PRO. No es que no lo hayan hecho antes, sino que ahora resulta mucho más notorio. Máxime en el caso de la Coalición Cívica, cuyo bloque porteño está en franca descomposición política. Ejemplos sobran.

En la sesión del 1º de setiembre, el kirchnerismo puro y el sabbatellismo le aprobaron a Macri la ley de eximición de impuestos a las empresas telefónicas por el tendido de fibra óptica. El mismo día, junto al PJ, el ibarrismo y un diputado de la Coalición, ambos bloques le aprobaron también otra ley para eximir de impuestos a las empresas de radio, televisión y afines en el Distrito Audiovisual.

En la sesión del 8 de setiembre, para aprobar un nuevo y escandalosos endeudamiento por 500 millones de dólares, el macrismo contó con los votos del diputado del Partido Socialista de Binner y con dos de la Coalición.

En la sesión del 15 de setiembre, Macri logró aprobar otra ley perjudicial: un aumento del Presupuesto 2011 cuyo principal monto es para las cuatro grandes empresas privadas concesionarias de la recolección de basura. Para eso el PRO tuvo los votos a favor de todo el arco K, así como la abstención funcional de la Coalición.

Lo mismo ocurre con otros proyectos macristas hoy en danza, como el negociado de IRSA Santa María en la ex Ciudad Deportiva de Boca o con el nefasto intento de Macri contra las juntas de clasificación docente. En este último caso, el pacto con la Coalición Cívica es evidente: el diputado Juan Pablo Arenaza firmó el proyecto del PRO y el diputado Sergio Abrevaya negocia su apoyo.

Basta de maniobras contra el Movimiento Proyecto Sur

El intercambio de favores entre los K y la Coalición con el PRO tiene un blanco directo: el Movimiento Proyecto Sur. No es casual: somos la única oposición real a ambos gobiernos. Esos sectores estarían pretendiendo cargos, concretamente uno en el Consejo de la Magistratura, dos o uno en la Auditoría General y uno en el Banco Ciudad, que por representatividad política le corresponden a nuestro bloque. En la Auditoría, por ejemplo, no cabe ninguna duda que un lugar debe ser para nuestro compañero Marcelo Parrilli, postulado por el bloque.

De ningún modo vamos a permitir esas maniobras de trastienda, que intentan burlar la voluntad popular y la proporcionalidad constitucional. Proyecto Sur se planta no solamente para defender un programa transformador sino también, y con movilización si hace falta, los lugares que legítimamente nos corresponden.

 


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