Alternativa Socialista N° 572 21/06/12
En el importante acto que organizó la regional Capital Federal por los 20 años del MST, nuestro diputado Alejandro Bodart hizo un discurso de fondo.Trazó un balance de estos años, señaló las principales tareas planteadas y convocó a los nuevos compañeros a sumarse al partido. Reseñamos algunos de sus conceptos.
El acontecimiento que dio origen al MST fue una conmoción mundial: la caída del Muro de Berlín. Dividió aguas a nivel mundial y se abrieron situaciones muy difíciles en la izquierda. Un sector mayoritario cayó en el escepticismo y hubo división de organizaciones. Algunas dejaron de creer en la perspectiva socialista y se hicieron posibilistas. Otros se aferraron más al sectarismo para defenderse de la situación. El imperialismo aprovechó y largó una campaña feroz de que era el fin del socialismo y de la historia. Surgieron corrientes que plantearon que no estaba planteada la toma del poder, que no había que construir partido.
Fueron momentos difíciles. Pero decidimos un camino: el de mantenernos fieles a la confianza en la clase obrera. Un partido como el nuestro, de trabajadores, tiene que pegarse a la clase obrera y avanzar y retroceder junto a ella. No hay otra posibilidad para sacar de la situación actual a la humanidad que el socialismo. Vale la pena seguir peleando. No pelear es dar por sentado que el capitalismo va a triunfar. Y si triunfa, triunfa la barbarie. En aquel momento decidimos mantenernos fieles a nuestra clase…
Han pasado varios años y los que entonces festejaban que había triunfado el capitalismo sobre el socialismo hoy están en una crisis brutal. Hoy creemos que tomamos el camino justo. Lamentablemente muchos compañeros que fueron para otro lado hoy no están peleando. Otros sí, pero sus organizaciones casi han desaparecido.
Algo que nos da a nosotros un sello y que nos permitió sobrevivir desde que fundamos nuestra corriente -incluso cuando se iba para arriba el peronismo, no la izquierda, en la década del ’40- es que siempre nos mantuvimos fieles a la clase obrera, la única clase que no se va a dejar superexplotar y va a pelear. Nunca dejamos de tener esa confianza.
Estamos viviendo en un mundo completamente distinto
Los que empiezan a tener escepticismo son los defensores del capitalismo, que no saben cómo salir de esta tremenda crisis. Por supuesto, tienen una receta que no es nueva: van a tratar que la crisis la paguemos los trabajadores y el pueblo. Pero ya no tienen partidos y organizaciones como antes, que despertaban la adhesión de millones…
En general antes, cuando se caía un gobierno, volvía otro parecido. Acá lo vivimos hasta el Argentinazo. En Grecia pasaba lo mismo, pero en los últimos dos años se han pulverizado los partidos… Ha empezado a surgir una fuerza de izquierda que comenzó a plantear otro camino, que no hay que ajustar a trabajadores sino a los de arriba… No estamos diciendo que vaya a ganar, ya que toda Europa presiona para que no gane… Es una pelea difícil. Pero solo el hecho de que esté planteado que en un país de Europa una fuerza de izquierda pueda ganar muestra que ha cambiado completamente el mundo. Que estamos muy lejos de lo que pasaba hace veinte años y que hoy la pelota empieza a estar en nuestra cancha. Para eso estuvimos peleando estos veinte años y mantuvimos las banderas…
El MST es una fuerza abierta a aprender. Nadie tiene la receta: si la tuvieran ya la habrían utilizado y estaríamos en otra sociedad. Nos consideramos una parte del movimiento obrero y socialista, que queremos aportar lo nuestro, pero siempre abiertos a aprender. La única forma de construir una fuerza dinámica y nueva es estar abiertos a escuchar al otro.
Por eso del Argentinazo sacamos una conclusión muy importante, tal vez la más importante del último tiempo… ¿Qué aprendimos? Que no basta con unirse solo con los que piensan en casi todo parecido a nosotros. Que la unidad de la izquierda es muy importante, pero que no se agota la realidad en esa unidad. Vivimos en un país donde hay muchas otras tradiciones. Y la única posibilidad para avanzar y que no nos vuelva a pasar lo que nos pasó en el Argentinazo -que tiramos cinco gobiernos, pero se reciclaron y volvieron- es construir una unidad mucho más grande, donde aprendamos a trabajar con matices y diferencias. Lamentablemente esto no lo entiende un sector de la izquierda y así le quita fuerza a una posibilidad de cambio. Tampoco lo entiende otro sector, escéptico, que le hace de coro al gobierno porque cree que es lo máximo que podemos lograr. Nosotros creemos que de ninguna forma estamos logrando lo que necesita nuestro pueblo, sino que siguen planteados los problemas estructurales.
Esta conclusión, que la unidad debe avanzar mucho más allá de la izquierda, es la que nos llevó a explorar la unidad en el plano sindical -como en la CTA, de la que estamos orgullosos de ser parte y vamos a seguir poniendo el hombro- y también la unidad para construir un amplio movimiento, frente o como lo queramos llamar, para disputar el poder.
El 2001 dejó picando una pelota
El kirchnerismo la intentó agarrar, pero se está demostrando que era más careta que resultados concretos. No aprovechó una situación económica excepcional para provocar los cambios de fondo que se necesitaban. Y ahora que se acabó el viento de cola, vuelven a saltar los mismos problemas estructurales pero aumentados…
Se va a volver a plantear una dicotomía tremenda y más temprano o más tarde este país va a ir a otra conmoción parecida al 2001. La única forma de evitarla es provocar los cambios estructurales que hacen falta. Y eso no lo va a hacer el kirchnerismo ni tampoco la oposición de derecha. Solo en un marco de unidad podemos construir esos grandes cambios en medio un marco de crisis como el del 2001 ¿Cómo vamos a enfrentarla? ¿Cada uno por su lado como en el 2001? ¿O vamos a trabajar rápidamente para una amplia unidad que nos permita ser una opción de gobierno? En esa perspectiva está planteada la política del MST.
Vamos a hacer todos los esfuerzos para mantener el Movimiento Proyecto Sur y a la vez ver si podemos ampliar la unidad. Consideramos una desgracia que se haya roto la perspectiva de trabajo con los compañeros de la CTA en el último proceso electoral y trabajamos para ver si nos podemos unir. La próxima crisis nos tiene que encontrar teniendo una herramienta política grande, poderosa, para que de una vez por todas se vayan todos y lo que venga sea lo nuevo: los trabajadores y el pueblo. En esa perspectiva tenemos que trabajar. Desde ya, la unidad tiene condiciones. Un aspecto es el programático. Pero no puede ser que podamos hacer un paro y una movilización como las que hicimos el 8 y no nos podamos poner de acuerdo en diez puntos fundamentales de gobierno para sacar al país de la crisis.
Eso si, queremos una herramienta grande y poderosa, pero para provocar cambios de fondo, por eso es importante ponernos de acuerdo en el programa. Tampoco se trata de juntar por juntar, eso no sirve. Es juntar alrededor de una estrategia común. Muchos compañeros que hoy están en otras organizaciones piensan parecido, al interior de la CTA y del Frente de Izquierda. Y tenemos que llamarlos a que rompan unos con el sectarismo y otros que sean vanguardia en plantear este debate.
El MST tiene que crecer para fortalecer esta pelea
No planteamos que debe crecer por el MST mismo. Ya sacamos la conclusión de que puede ser una ayuda fundamental, pero que solo no puede. Si crece el MST vamos a tener más fuerza en la pelea por lograr mayor unidad, para fortalecer la CTA para ir a cada una de las luchas… para ir a muchos más colegios como el Espora, que no quieren que Macri les reviente la educación. Para ir a más colegios técnicos, para llevar a más escuelas el debate sobre la educación y los subsidios, para plantear que la salida para el transporte es la renacionalización con control social…
Por eso no vemos contradicción entre que crezca el MST y pelear por una herramienta amplia y grande. Al revés: el MST quiere crecer para poner más fichas para que más rápido se forme una gran herramienta amplia y poderosa para hacer los cambios que necesitamos. Y cuanto mejor nos vaya en la formación de esa gran herramienta mejor le va a ir al MST, porque hay una relación dialéctica entre el crecimiento de una y otro. Queremos que crezca la CTA y no vemos contradicción en querer que crezca la corriente sindical del MST, porque la queremos para hacer más grande la CTA.
Tenemos que salir de acá a construir el partido. Les decimos a los compañeros nuevos que se suman a un partido que no es ni sectario, ni autoproclamatorio, ni que se cree dueño de la verdad. Todo lo contrario. Cuando abrimos el partido, lo abrimos para que colectivamente armemos una política para intervenir y cambiar la realidad. Cuando un compañero nuestro le dice “vení, conócenos, vení a nuestro partido” no les estamos diciendo “vení a escuchar lo que nosotros decimos”. Les queremos decir vengan con sus opiniones. Cuantas más opiniones haya, por más divergentes que sean, más vamos a poder crecer. Entendemos la elaboración como choque de opiniones. Tenemos que terminar con la cultura que se ha arraigado en nuestro pueblo de que solo nos podemos unir o dialogar con el que piensa igual que uno.
Ese es el compromiso del MST, que vamos a llevar adelante en el país y en el plano internacional. Así como impulsamos la más amplia unidad aquí, también impulsamos la unidad de las fuerzas anti-imperialistas y anticapitalistas a nivel internacional. Venimos de reunirnos con organizaciones de más de 40 países, entre ellos Grecia, y eso nos posibilita ser parte de un gran hecho que vamos a utilizar para fortalecer la idea de que “se puede”. Terminar con el discurso de solo “lo posible”. ¡Claro que se puede! Lo que no se puede es progresar en el marco de esta sociedad capitalista nefasta. Solo se va a poder cambiar si peleamos por una sociedad distinta… Todos los que queremos una sociedad distinta, para todos y no para pocos, tenemos que unirnos. Si somos capaces de unirnos, podemos transformar esta realidad.