Alternativa Socialista Nº 574 18/07/12
Como parte de su adelantada campaña electoral, Macri envió a la Legislatura dos proyectos de ley para una supuesta reforma política. En realidad se trata de un par de iniciativas tendientes a perjudicar a la oposición, principalmente a las fuerzas que enfrentamos en serio a las viejas estructuras partidarias. Es necesario desplegar la más amplia unidad de acción para impedir que estas leyes antidemocráticas se sancionen.
Quieren implementar la boleta única y primarias abiertas, simultáneas y obligatorias para elegir los cargos locales. En un distrito que aún no tiene Código Electoral, Ley de Partidos Políticos ni Justicia Electoral, la propuesta de Macri no tiene nada que ver con lo que se necesita. Esta reforma está pensada solo para darle ventajas al PRO. Hacen lo mismo que Macri le criticaba el año pasado a Cristina, demostrando que son muy parecidos.
Internas proscriptivas
Es inadmisible que cada gobierno pretenda inmiscuirse en la vida interna de los partidos para sacar ventajas. Los únicos que tienen derecho a decidir la forma de elegir sus candidatos son los militantes de cada partido.
Además es totalmente antide-mocrático exigir requisitos pros-criptivos en las primarias para luego poder competir en las elecciones generales. El macrismo propone la obligatoriedad de superar el 3% de los votos válidos en las primarias, el doble del ya antide-mocrático piso que impuso el kirchnerismo en las elecciones nacionales. De aprobarse, se burlaría de tal forma la voluntad popular que un candidato que tiene los votos suficientes para ser diputado de la Ciudad -poco menos de 3%- no podría competir porque no superó el piso proscriptivo impuesto desde arriba.
También se propone que cada lista de candidatos sea avalada por 1.000 adhesiones acompañadas con fotocopia del DNI de cada firmante, algo muy dificultoso para aquellas agrupaciones emergentes que no cuentan con recursos ni tienen una gran estructura militante.
Queda claro que con este tipo de reformas pretenden obstaculizar el crecimiento de todas aquellas expresiones que surgen cuestionando las viejas estructuras. Quisieran que no haya más diputados de izquierda porque no nos pueden comprar. De paso, este tipo de primarias les permitiría dirimir sus propios líos internos, que no son pocos.
Boleta única… y tramposa
Lo primero a tener en cuenta es que en Capital no se necesita. En este distrito nunca faltan boletas y es relativamente fácil la fiscalización. Por eso no existen denuncias de fraude. Donde sí haría falta es donde no piensan aplicarla: la Provincia de Buenos Aires y algunos feudos del interior.
Aunque puede aparecer simpática en un sector de la población, como está planteada esconde un par de trampas que necesitamos divulgar. Se propone, y no es casua, el modelo que se aplica en Córdoba. Lo que no dicen es que allí las confusiones que se generaron llevaron a que más del 20% de la población votara distinto a como quería hacerlo. No lo decimos nosotros: lo tuvo que reconocer el gobierno ante el descontento que surgió. A esto podemos agregarle que en las elecciones porteñas de medio tiempo, donde por lo general se votan juntos los cargos nacionales y los de la Ciudad, la boleta única solo para cargos locales rompe la unidad partidaria ya que se votará con dos boletas distintas. En una, senadores y diputados nacionales; y en otra, los legisladores porteños. Esto les sumaría dificultades y confusiones a todos los votantes que quieran votar todos los cargos de un mismo partido o alianza electoral.
Como el macrismo sabe que le será difícil obtener los 40 votos que necesita toda reforma política, ya esboza su intención de querer aprobarla con 31 votos. Hay que estar alertas también en ese punto: ni reforma tramposa, ni trampa para hacerla pasar. Por todo esto es imprescindible que todos los que queremos democratizar la democracia nos opongamos a esta reforma trucha y desarrollemos una fuerte campaña para que no se apruebe.