Entrevista de Alternativa Socialista Nº 588 21/02/13
Conversamos sobre los aspectos centrales de la situación política y la batalla electoral en la Capital con el actual diputado de la Ciudad, a quien desde el MST proponemos para acompañar a Pino Solanas como candidato a diputado nacional.
– ¿Como analizas el panorama electoral en la ciudad?
– Creo que estamos en un momento donde se combina un desgaste muy grande del gobierno nacional, que ha ido perdiendo aceleradamente adhesión entre los porteños, con una baja importante también del gobierno de Macri.
Lo del gobierno nacional tiene que ver con las políticas que ha venido desarrollando en el terreno económico, así como con el carácter antidemocrático de su discurso. Esto ha tenido expresiones muy grandes, como los cacerolazos y el gran paro nacional de fin del año pasado, que en la ciudad se han visto reflejadas. Es uno de los distritos donde tal vez menos fuerza tenga el oficialismo.
Pero también es importante la combinación con el desgaste macrista. Todo el discurso macrista de privilegiar el negocio privado y avanzar sobre todo lo que tiene que ver con lo público está empezando a generar contradicciones en una franja de sus votantes.
Si bien tiene el piso de un electorado conservador, ligado a los sectores más pudientes de la ciudad, también había logrado capitalizar el desgaste tanto del gobierno nacional como del falso progresismo. No nos olvidemos que Macri ganó por la pésima gestión de Ibarra. Estos sectores se están dando cuenta que nada de lo que Macri prometió se está realizando.
Tenemos una situación deplorable con la basura y la ciudad cada vez se inunda más. Es un lugar cada vez más caro para vivir, pero eso no es acorde con los servicios que brinda. Permanentemente se anuncian medidas que tienen que ver más con golpes de efecto que con solucionar los problemas. Todo lo que está sucediendo en el transporte, el desastre que están haciendo en la 9 de Julio destruyendo una de las avenidas que es un símbolo, lo del Parque Centenario, etc., demuestra que el gobierno macrista de eficiente no tiene nada…
Y también ha sido un golpe para la ciudadanía verlos votar juntos. Tal vez como nunca antes, logramos que la población conozca que votan juntos a favor de los grandes grupos económicos. En la legislatura se unieron para favorecer el gran negocio inmobiliario del grupo IRSA; en el parlamento nacional se han unido para votar la Ley de ARTs. Se han repartido los cargos fundamentales de la gestión de la ciudad. Eso también los desgasta a los dos porque se ve que el enfrentamiento es un teatro y en las cosas fundamentales el PRO y los K terminan votando juntos.
– ¿Qué posibilidades ves para el Movimiento Proyecto Sur?
Creo que están dadas las condiciones para pelearles de igual a igual en la Ciudad.
El que está peor es el kirchnerismo. Es posible ganarle. Es más, creo que si las elecciones se hicieran hoy la candidatura de Pino puede salir perfectamente arriba del kirchnerismo y si avanza incluso puede pelearle al macrismo.
Esta elección no es ejecutiva y hay menos presión hacia el “voto útil” con el que los viejos partidos manipulan a la población. Y todos estos elementos se van a expresar en la búsqueda de un cambio.
El kirchnerismo, al votarle todas las leyes al macrismo, prácticamente entregó la ciudad. Si tuviéramos que discutir los senadores la disputa es entre tres: el macrismo, el kirchnerismo y Pino. Pero, a diferencia de la elección anterior, la disputa principal es entre el macrismo y la fuerza que encabeza Pino. Lo veo más de atrás al kirchnerismo.
Hay que hacer una campaña muy fuerte, ya que hay una oportunidad.
Recordemos que hace cuatro años (y esta elección es parecida a la de aquella oportunidad, incluso la crisis ha avanzado más) la candidatura de Pino salió segunda y estuvo a punto de ganar. Hoy tanto el kirchnerismo como el macrismo están peor que en ese momento.
–¿Cómo tiene que ser la alternativa que hace falta para dar esa batalla?
Una herramienta lo más amplia posible, pero que esté ligada a un programa. Hay que unir a todos los que tenemos coincidencias básicas de los cambios que hay que producir y lo peor que nos podría pasar es dividirnos los que peleamos por lo mismo. Pero, ligada a un programa, porque tampoco se trata de mezclar por mezclar.
Un límite son los viejos partidos. Ni la UCR ni el PJ pueden ser parte de un proyecto transformador porque son los que nos han llevado a esta situación.
Recordemos lo que pasó con la Alianza, incluso con el Frepaso, que surgió con gran expectativa y terminó siendo más de lo mismo.
Lo primero que hay que valorar es la unidad conseguida entre quienes construimos Movimiento Proyecto Sur. A partir de allí, hay que trabajar hacia los sectores que están agrupados en el Frente Amplio Progresista para que alrededor de un programa nos podamos unir, con los compañeros de la CTA como un punto fundamental; también hacia sectores de la izquierda porque serían un importante aporte si se sumaran.
Y dirigirnos a los movimientos sociales, a la izquierda independiente, a planteándoles que es el momento de actuar sin ningún tipo de sectarismo y unirnos detrás de una candidatura que tiene condiciones de ganar. Porque esto abriría la pelea de disputar con muchas chances la Jefatura de Gobierno en dos años, e incluso sería auspiciosa hacia las próximas elecciones presidenciales.
No estamos hablando de una fuerza para mejorar la institucionalidad. Se trata de cambiar la estructura de poder del país, terminar con todos los pactos, con todo lo que nos ha venido llevando a la situación de sometimiento al FMI y las grandes corporaciones, vía la deuda externa, la megaminería, ahora el fracking que es tremendo…
Es un momento de recuperar los trenes, los subtes, los recursos naturales…
Y eso lo tiene que hacer una fuerza que no tenga nada que ver con el pasado y se construya sobre bases nuevas.
–¿Cuáles son las propuestas frente a los problemas centrales de la Ciudad?
Creo que es importante una política nacional. Esos temas tienen que importarle a los porteños, ya que nosotros sufrimos las consecuencias de las malas políticas nacionales que se vienen aplicando.
Pero también la ciudad tiene sus problemas específicos. Un problema grande es el transporte. No se puede seguir sin recuperar para el estado el servicio de subterráneos y ponerlo bajo control social. Pero para que esa política tenga efecto, también hay que recuperar los trenes e interconectarlos. Hay tres millones de bonaerenses que vienen diariamente a la ciudad. Acá se tienen que involucrar el gobierno nacional, el de provincia de Buenos Aires y el de la ciudad. Pero todo tiene que partir de reestatizar.
Hay que terminar con esta política de los metrobuses que nos hace retroceder y apostar al sistema ferroviario. Por eso yo he propuesto -además de extender las líneas de subte e interconectarlas con los trenes- una política de desarrollar los premetros. Son más baratos, no contaminan y duran más tiempo.
El otro tema es la educación. Acá está retrocediendo la educación pública a un ritmo vertiginoso, porque se ha fortalecido una política del gobierno macrista (acompañada por el gobierno nacional) de impulsar la educación privada vía millonarios subsidios, etc. Hay que terminar con esos subsidios y volcar recursos para recuperar la educación pública.
Lo mismo pasa con la salud. Hay que invertir recursos para que haya más enfermeros y más presupuesto, para que realmente la salud sea lo que tiene que ser. También acá hay que ir a una política integrada en el área metropolitana…
Está el tema de la inseguridad. Estamos viviendo una situación económica que alimenta la marginalidad y a las mafias que lucran con eso. Pero la inseguridad no se puede atacar sin atacar el triángulo de impunidad que hay detrás.
Hay que democratizar la justicia. Tenemos que lograr que los jueces sean electos por el voto popular. Que haya jurados populares. Es necesario democratizar las fuerzas policiales, porque acá muchas veces las mafias son las propias fuerzas policiales. Y por último hay que combatir a la mafia política que está detrás. No existe ninguna posibilidad de que el crimen organizado alrededor del narcotráfico, la trata de personas, etc., se puedan desarrollar sin el amparo de este triángulo de impunidad.
Por último, la cuestión de la vivienda. En la ciudad faltan 100.000 viviendas. Por eso, en lugar de grandes negocios con IRSA, lo que hace falta es un plan integral para lograr el acceso a una vivienda digna de quienes la necesiten.
Creo que hay que atacar esos problemas, y fundamentalmente ser parte de un proyecto nacional para terminar con la inflación y lograr recuperar el poder adquisitivo de la gente. Para que además de llegar a fin de mes todos puedan tener la posibilidad de desarrollarse plenamente.