La Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires expresa su profunda preocupación por la situación de Zeynep Celaliyan, militante kurda por los derechos de la mujer, quien desde 2008 se encuentra privada de su libertad y gravemente enferma en la prisión de Kermanshah, en la República Islámica de Irán.
Asimismo, vería con agrado que se implementen todas las medidas humanitarias y administrativas necesarias para preservar la vida de Zeynep y dar curso a la inmediata revisión de su situación procesal en pos de su libertad.
Fundamentos
Señora Presidenta:
El pueblo kurdo está distribuido en territorio de cuatro países de Medio Oriente: Turquía, Irak, Siria e Irán. Desde siempre batalla por su autodeterminación y su reconocimiento como nación, con territorio, lengua, identidad étnica y cultural propias. Es decir, por el legítimo derecho a una vida democrática y compartida con otros pueblos de la región.
Su situación político-institucional no es siempre igual en los cuatro países. A veces han tenido ciertos niveles de autonomía controlada, institucionalización y representación, pero en otros períodos las organizaciones populares kurdas han sido reprimidas en forma persistente.
En ese contexto de persecución y de vejámenes a los presos políticos, la activista kurda por los derechos de la mujer Zeynep Celaliyan fue arrestada en marzo de 2008 por oficiales del Servicio Secreto de Irán. Quedó detenida en la prisión de Kermanshah, en el noroeste iraní, en donde fue sometida a intensas torturas.
A principios de 2009 Zeynep fue imputada de ser miembro del Partido por una Vida Libre de Kurdistán, luego acusada de ser moharebeh (enemiga de Dios), enjuiciada de manera totalmente irregular, sin derecho a defensa ni al debido proceso, y en unos pocos minutos condenada a muerte. Fruto de la presión y la solidaridad de organizaciones humanitarias, a fines de 2011 la suprema Corte de Irán redujo su condena a muerte por cadena perpetua.
El estado actual de Zeynep es muy crítico. Ha perdido la vista en un ojo, corre riesgo de perderla en el otro, sufre sangrados internos y problemas digestivos e intestinales, todo agravado a raíz de las torturas. No obstante, y aparte de alejarla de sus familiares, las autoridades iraníes le niegan todo tratamiento médico y medicamentos.
Ante este avasallamiento a los derechos humanos, la Oficina de Mujeres Kurdas por la Paz (CENI), con sede en Düsseldorf, Alemania, ha iniciado una campaña humanitaria internacional, con pronunciamientos solidarios con Zeynep por parte de la ONU, la Unión Europea y Amnistía Internacional, entre otras.
La situación de Zeynep adquiere una relevancia particular en la actual crisis de Medio Oriente, dado el rol democrático clave de las poblaciones kurdas como freno a Estado Islámico y otras fuerzas irregulares que actúan en Irak y Siria.
En el marco de las relaciones bilaterales entre la República Argentina y la República Islámica de Irán, con esta declaración de solidaridad con Zeynep Celaliyan buscamos contribuir al respeto a los derechos humanos en el marco de las convenciones internacionales vigentes.