El actual Jefe de Inteligencia y amigo personal de Macri recibió 600 mil dólares de parte de una empresa a cambio de beneficiarlos con la adjudicación de obra pública. Macri lo defiende. Hay que separarlo ya mismo del cargo y formar una CONADEP de la corrupción para investigar todos los hechos de este gobierno y del anterior, ambos salpicados por Odebrecht. Ni una comisión bicameral, la Oficina Anticorrupción o esta justicia adicta al poder van a ir a fondo: hace falta una comisión investigadora independiente que reciba las denuncias y saque todo a luz, como lo hizo la CONADEP en los ’80 con los desaparecidos.
Además de los sobornos, los sobreprecios en las licitaciones públicas y las empresas offshore para lavar dinero, acá la corrupción es estructural porque el capitalismo hoy sólo funciona en base a coimas y rapiña. Los mayores ejemplos de corrupción son la deuda externa, que desangra al país para pagar un fraude usurario, y las privatizaciones, que entre subsidios estatales y tarifazos nos curran fortunas.
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