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publicoArticulo publicado en Alternativa Socialista N° 585 (20/12/12)

Nuevos capítulos del pacto PRO-K

Madrugada del jueves 20. Recién termina la extensa sesión en donde el macrismo y el kirchnerismo aprobaron juntos una muy mala ley del subte. Esta misma tarde, cuando este periódico ya esté en la calle, hay una nueva sesión extraordinaria en donde volverán a votar juntos varias leyes de negocios inmobiliarios privados en terrenos públicos. Así funciona el pacto PRO-K que venimos denunciando y que debemos seguir enfrentando.

Los trabajadores, los jóvenes y los sectores medios de la Ciudad de Buenos Aires, del conurbano y -en menor medida- del país veían al PRO y al Frente para la Victoria aparecer por los medios como fuerzas políticas opuestas.
Mauricio Macri y su gente mantienen un discurso liberal (en el sentido de los años ’90), de gestión y nuevapolítica. No disfrazan mucho su orientación privatista y contraria a todo reclamo popular. En cambio los K se presentan con su discurso nacional y popular, progre, que hablan de derechos humanos, de recuperar el rol del Estado y se dicen enemigos de la derecha que representa el PRO.
El problema es que, desde hace un tiempo, buena parte de los porteños está viendo -y no precisamente con buenos ojos- la existencia del pacto PRO-K. Y no porque de movida vean mal todo pacto, sino porque saben que éste implica el canje de votos a leyes de negocios privados en desmedro de lo público. Por eso, desde que empezamos a denunciar ese pacto, el rechazo que al comienzo sólo sentía una vanguardia ahora es compartido por sectores más y más amplios.
Una notoria expresión de ese rechazo fueron las últimas audiencias públicas en la Legislatura, muy concurridas y controvertidas, donde la aplastante mayoría de vecinos cuestionó con dureza el apoyo K a leyes PRO que significan lisa y llanamente usar el patrimonio público para patrocinar el lucro privado.
Los K votan
las leyes del PRO
No es casual que quienes más se pongan nerviosos y se enojen cuando denunciamos el pacto PRO-K sean estos últimos. Es que no toleran que su doble discurso sea desenmascarado ante los ojos y los oídos populares. Si se la pasan hablando pestes de los ’90, no soportan que saquemos a luz que los diputados K votan a favor leyes del PRO que despertarían la envidia del menemismo.
Pero eso es lo que hace el interbloque K en la Legislatura y por eso están sufriendo un evidente desgaste político ante sus propios votantes y simpatizantes. Hablan contra los ’90, pero votan con el PRO seguir con más de los ’90.
A los vecinos de La Boca les prometieron no apoyar el “Distrito de las Artes” de Macri, con exenciones impositivas a empresas, pero luego lo votaron. A los trabajadores del Borda les prometieron defender los predios del Hospital para que Macri no construya allí su Centro Cívico, pero luego votaron la venta del Mercado del Plata para financiar dicho Centro “según los requerimientos del Poder Ejecutivo”… ¡o sea de Macri, que quiere hacerlo en el Borda!
El pacto PRO-K en acción
La nefasta ley del subte, acordada y votada con alegría por este verdadero interbloque PRO-K (ver nota abajo), es un ejemplo. Pero hay más, como las leyes que están en la sesión de hoy, jueves 20, que obviamente también vamos a votar en contra.
• Una es para destinar 37 hectáreas del Parque Roca a un centro de cargas, con exenciones de todos los impuestos por 10 años a empresas del transporte. Por supuesto, no se consultó a los vecinos.
• Otra ley es para rezonificar los predios ferroviarios de Pompeya-Patricios, Caballito, Liniers y Palermo para los planes inmobiliarios de Cristina. Tampoco se consultó a los vecinos afectados y las viviendas del Plan PROCREAR en el sur seguro se harán con el Banco Hipotecario, que preside Eduardo Elsztain.
•  Otra ley, la de la Comuna 8, es para concesionar a privados el Autódromo y los parques Indoamericano y de la Ciudad, además con exenciones fiscales a empresas de deporte y de biotecnología.
En el temario también figuran otros dos mega-proyectos inmobiliarios del canje:
• El PRO necesita los votos de los K para autorizarle al infaltable Elsztain, dueño de IRSA, construir el barrio de superlujo Solares de Santa María en la ex Ciudad Deportiva de Boca.
•  Los K precisan los votos del PRO para autorizarle a Cristina construir su “polo audiovisual” en la Isla Demarchi, desplazando además de allí a los trabajadores estatales. No sería raro que también lo construya IRSA, uno de los grandes pulpos beneficiarios del pacto.
Contra el pacto PRO-K, en la calle y políticamente
Una primera tarea es impulsar y acompañar las protestas de todos los trabajadores y vecinos afectados por este paquetazo de leyes escandalosas.
Junto con eso, es preciso reflexionar y sacar conclusiones políticas a futuro. Desde el MST en Movimiento Proyecto Sur nos dirigimos, en particular, a aquellos compañeros y compañeras que depositaron sus esperanzas en el proyecto del kirchnerismo. Creemos que es hora de dejar de respaldar a quienes dicen una cosa y al rato hacen la contraria. No hay ningún proyecto político transformador con quienes dicen ser opositores a Mauricio Macri y terminan pactando y levantando la mano para aprobarle sus leyes.

Ley de subte, a gusto de Metrovías

Antes de la sesión, el debate era entre tres proyectos:
1) El de Macri, privatista, antiobrero, con superpoderes, tarifazos y que no mejora el servicio.
2) Un proyecto consensuado por bloques opositores, incluidos los K, que le abría la puerta a Macri para seguir con la privatización.
El mío, para reestatizar el subte con control social. Desde el inicio planteé que de nada servía entrar en consensos que, de un modo u otro, mantengan la privatización. Y así ocurrió.
La sesión se postergó por más de 12 horas, en las cuales reapareció el pacto PRO-K y ambos bloques acordaron la ley votada. Los trabajadores del subte lograron que quitaran los principales ataques a sus derechos. Pero como lo reconoció al inicio de la sesión Aníbal Ibarra, del interbloque K, del proyecto macrista se mantuvo lo esencial.
• La ley, aprobada con 46 votos a favor y 13 en contra, es privatista porque dispone mantener a Metrovías o poner a un nuevo concesionario privado. La opción “estatal” figura a título decorativo. ¡Años y años Metrovías desvió los subsidios a su bolsillo y no invirtió ni un peso en el subte, pero igual la dejan!
• La ley es con impuestazo, porque en vez de las naftas subirán el Impuesto de Sellos, los peajes y las patentes. Además incluye un endeudamiento público por 300 millones de dólares, que también terminará pagando el pueblo.
• La ley es con superpoderes, porque autoriza a Macri a hacer todo tipo de operaciones y desviar partidas del Presupuesto por sobre el tope legal del 5%.
• Aunque los compañeros del subte consiguieron sacar puntos conflictivos, la ley sigue siendo antiobrera porque mantiene penalizado el levantar molinetes y, si hay paro, el porcentaje de servicios mínimos “los establecerá el contrato”… ¡que firmarán el gobierno de Macri y la empresa!
Como lo dije en la sesión, entonces, los trabajadores deben mantenerse alerta, sólo confiar en su propia lucha y no hacerse cargo de una ley que es muy mala y no traerá ninguna mejora al subte, ni al pasajero ni al personal. No es un problema ideológico, sino práctico.
Las privatizaciones no mejoraron ningún servicio porque los empresarios únicamente cuidan su ganancia. El reemplazo de TBA por Metrovías, a la que Cristina puso en el Sarmiento y el Mitre, en nada cambió el desastre que son esos trenes.
Por eso en las principales capitales del mundo el subte es estatal. Y acá también debe serlo, pero con control de usuarios y los trabajadores. Como esta ley PRO-K no va a mejorar el subte, ni la seguridad, ni las frecuencias y sólo es seguir subsidiando curros privados con fondos públicos, voy a volver a presentar mi proyecto de ley de reestatización todas las veces que haga falta.


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