Miles de compañeros acabamos de protagonizar un exitoso acto de lanzamiento de la candidatura de Pino Solanas a la Presidencia de la Nación. En dicho evento también se formalizó la incorporación de nuestro partido al Movimiento Proyecto Sur. Iniciamos así una nueva etapa. La de construir de manera unitaria junto al resto de las corrientes que integran el Movimiento, una alternativa de masas para llevar adelante los cambios estructurales que el país necesita. La primera gran batalla será la electoral, pero aspiramos a trascender ese terreno.
Nos hemos lanzado plenamente y lo hacemos colocando toda nuestra energía y recursos militantes en esta construcción, convencidos que estamos ante una oportunidad histórica. Por el cuestionamiento al paradigma capitalista derivado de la crisis internacional en curso. Por el proceso que recorre Latinoamérica de contenido antiimperialista, recuperación de recursos y empresas públicas, nacionalizaciones y conquistas democráticas con Asambleas Constituyentes.
Porque en nuestro país, a los cambios históricos que devinieron con la rebelión del 2001, cuando la movilización popular derribó el viejo régimen bipartidista sumiendo en una crisis irrecuperable a los viejos aparatos y creando las condiciones para que se empiecen a expresar nuevos fenómenos sociales y políticos, se suma el fracaso del proyecto kirchnerista. Que se presentó como falso embajador de esos cambios latinoamericanos y todo se quedó en un doble discurso seudoprogresista y en políticas que fueron desnudando su verdadera esencia: no hay antiimperialismo, ni nueva política, ni real defensa de los derechos humanos.
También es una oportunidad porque la crisis del kirchnerismo no la puede capitalizar una oposición que se fragmenta y no logra levantar cabeza, por su emparentamiento con la vieja política, en sus estructuras y en sus referentes y por ofrecer salidas desde la derecha al verso «nac & pop» del gobierno K. Y porque también cede terreno la burocracia sindical y su viejo modelo, cada vez más cuestionado por sus corruptelas ante la opinión pública, Pero fundamentalmente por los trabajadores que empiezan a destacar a nuevos dirigentes por la base ante sus necesidades de lucha y organización independiente.
Pero esencialmente es una oportunidad histórica no solamente por estos elementos de la realidad que abren una vacancia tan gigantesca. Lo viejo se está desmoronando y algo nuevo está surgiendo, esta vez sí con visos de crecer y adquirir peso decisivo, real, para incidir en el movimiento de masas obrero y popular, en los sectores medios, de la cultura y en la juventud. Por primera vez en estos años, a la izquierda del gobierno, se abre un amplio espacio y a la vez hay una referencia para articular una amplia unidad que ya tiene cuerpo y que tiene por delante la potencialidad de crecer mucho más.
Este amplio espacio político tiene un polo de atracción que se está desarrollando y aparece como una alternativa en crecimiento: el Movimiento Proyecto Sur. A diferencia del 2001 donde la vacancia fue cubierta durante un período por el verso kirchnerista y se desperdició una oportunidad al no desarrollarse una referencia con peso de masas, ahora aparece la figura de Pino Solanas, capaz de encabezar este proyecto emancipador y una gran unidad como la que se necesita. Esto es así por la trayectoria de Pino, por las propuestas antiimperialistas que defiende y por el momento histórico que vivimos que pone a la orden del día la pelea por esas tareas de liberación.
Por todo ello hemos confluido, desde el MST, con Pino y los compañeros de las demás organizaciones que componen el Movimiento Proyecto Sur. Apostamos a construir la gran alternativa de cambio que hace falta. Para dar la pelea en el 2011. Y para seguirla al otro día de las elecciones, con mayores fuerzas, con mayor representación en todos los espacios, de cara a seguir la construcción de un gran Movimiento que pelee por un nuevo proyecto de país, por una Segunda Independencia, recuperando los recursos naturales, las empresas públicas, derrotando el yugo imperialista y abriendo el camino para la necesaria batalla de derrotar también al sistema capitalista.
Hemos coincidido asimismo porque apostamos a una construcción que implica una confluencia de sectores provenientes de distintas tradiciones, del nacionalismo popular, de la defensa de nuestro patrimonio nacional, de la defensa de las libertades democráticas, de la histórica lucha del movimiento obrero por sus derechos y las tradiciones de la izquierda. Nos proponemos sumar nuestra identidad de izquierda a la construcción de una identidad común, de una nueva cultura donde pongamos el acento en puntos esenciales que nos unen, en responder a las principales demandas y necesidades del pueblo y logremos abordar fraternalmente los debates para lograr nuevas síntesis. Hemos confluido porque estamos convencidos de la oportunidad y apostamos a la candidatura y la referencia de Pino para encabezar este proyecto.
Invitamos a todos los trabajadores, vecinos, estudiantes, a los compañeros con quienes compartimos luchas obreras, barriales, de la cultura, en las escuelas y universidades, en todos lo ámbitos de la vida nacional en cada provincia donde el MST desarrolla su actividad, a sumarse a esta construcción. Para decir fuerte, junto a Pino: Unidos, juntos, podemos transformar la Argentina.