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El PS-GEN frustró la posibilidad de un frente

Adelante con Pino y el Movimiento Proyecto Sur

Anoche se cerró el plazo de las alianzas para las elecciones primarias del 14 de agosto. La inscripción por separado del PS-GEN y del Movimiento Proyecto Sur requiere una explicación política.

La decisión tomada hace pocos días por el Partido Socialista y el GEN, liderados por Hermes Binner y Margarita Stolbizer respectivamente, de no integrar el armado Alfonsín-De Narváez abrió la posibilidad de que junto a nuestro Movimiento Proyecto Sur pudiéramos confluir en una alternativa electoral donde coincidieran nuestros espacios políticos frente al bipartidismo PJ-UCR. Ya desde bastante antes nuestro Movimiento venía planteando esa perspectiva para lo cual propusimos algunos acuerdos mínimos e indispensables.

El PS y el GEN no quisieron que haya un frente común

El primer requisito elemental para constituir cualquier alianza electoral es que todas las cuestiones se debatan y resuelvan entre todos los sectores. Pero esto no fue así. En primer lugar, el Congreso del PS del 11 de junio resolvió que la alianza electoral nacional sólo la integraran el PS y el GEN y así inscribieron en la justicia electoral dicha alianza. Es decir, su propuesta hacia nuestro Movimiento Proyecto Sur era que la alianza la constituyeran estas dos fuerzas y que el Movimiento Proyecto Sur adhiriera a su Frente Progresista. En concreto, no fuimos invitados a ser parte de una alianza común sino a que apoyáramos la que el PS-GEN conformaron. Desde ya, en el Movimiento Proyecto Sur que es una organización nacional, con referentes y peso político y social a lo largo de todo el país, no consideramos correcto aceptar esta imposición.

Al mismo tiempo y en el mismo sentido, tampoco quisieron acordar una base programática unitaria entre los espacios componentes. Conscientes de las divergencias políticas que tenemos con el Partido Socialista -por lo cual vamos en listas separadas en Santa Fe- y con el GEN, señalamos la necesidad de lograr un programa emancipador y una clara delimitación del bipartidismo. Como aporte a ese debate, colocamos nuestras cinco grandes causas nacionales. Sin embargo, no hubo ni siquiera la posibilidad de debatir una plataforma en común. Lamentablemente, el PS y el GEN dieron por cerrado el tema al reafirmar lisa y llanamente su propio programa. Éste fue ratificado en forma unilateral por el PS en su congreso del 11 de junio y es el mismo del Frente Progresista del cual, según ellos, “se retiró la UCR”.

Políticamente, resulta inaceptable esta realidad para nuestro espacio, ya que la propuesta electoral que enfrente al bipartidismo tiene que partir de colocar en el centro del debate político la necesidad de recuperar los recursos naturales de manos de las corporaciones que hoy las controlan; reconstruir integralmente el sistema ferroviario con participación de trabajadores y usuarios; es crucial que esté destacado el rechazo de la deuda externa fraudulenta y de la mega minería; etc. Nada de esto está jerarquizado en el programa del Frente Progresista ni es expresado públicamente por sus referencias nacionales.

Así como decidieron inscribir su propia alianza con su propio programa, igualmente decidieron unilateralmente las principales candidaturas de la misma. Sin habilitar tampoco en este tema la posibilidad de resolver en forma conjunta con el Movimiento Proyecto Sur. Por el contrario, aprovecharon el mencionado congreso del PS para proclamar fórmula, nombre y candidatos “frentistas” decididos únicamente por ellos. En resumen, con estas viejas prácticas de imposiciones y hechos consumados, el PS-GEN frustró la posibilidad concreta de una verdadera unidad electoral con el Movimiento Proyecto Sur.

Otras dos constataciones políticas

Una vez más, ha quedado demostrado que cuando prima la lógica de la vieja política no hay unidad realmente positiva posible. De manera muy diferente se actuó tanto en Capital Federal como en Córdoba, y en esos dos distritos se pudo materializar un acuerdo plural, inclusivo y equilibrado.

Asimismo, creemos que esta breve experiencia permite extraer otras dos conclusiones. En primer lugar, que tanto el Partido Socialista como el GEN por ahora no pretenden una construcción política genuinamente independiente y que su distanciamiento electoral de la UCR es meramente circunstancial, sin ninguna diferenciación de fondo en el programa ni el modelo estructural de país. Por lo cual pretendieron evitar que el perfil político de Proyecto Sur y sus referentes fueran parte de la alianza a constituir.

En segundo término, que fuerzas que en algún momento reivindicaron la construcción de una herramienta alternativa al bipartidismo y de carácter emancipador, como Unidad Popular y Libres del Sur, han mostrado sus limitaciones y terminaron abonando a un armado electoral ajeno a la política y las prácticas que decían defender.

Llamamos a que se desarrolle al interior del Frente Amplio Progresista una profunda reflexión y que el rumbo político que hoy está impidiendo confluir en el terreno electoral sea revertido en lo sucesivo.

Con Pino en Capital y el Movimiento Proyecto Sur en todo el país

Ante este escenario, desde el MST reafirmamos la necesidad de construir el Movimiento Proyecto Sur que encabeza el compañero Pino Solanas, hoy candidato a jefe de gobierno porteño, como una fuerza no sólo independiente del bipartidismo tradicional sino con un programa transformador para confrontar contra el modelo de las corporaciones que saquean nuestro país.

En lo inmediato, desde el Movimiento Proyecto Sur vamos a redoblar la batalla política que estamos llevando adelante para disputar el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y, al mismo tiempo, a proponer un armado electoral nacional que levante la bandera de las cinco causas nacionales para poner en pie un nuevo modelo de país.

Movimiento Socialista de los Trabajadores en Movimiento Proyecto Sur

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