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Alternativa Socialista Nº 552 – 18/08/11

El pobre resultado obtenido en las primarias del domingo pasado ha significado un golpe importante para todo el movimiento. Aunque se supero el piso exigido para presentar candidatos a diputados nacionales en Capital Federal y en varias provincias, y candidatos a intendentes y concejales en varios municipios de la provincia de Buenos Aires, no se logro el 1.5% de los votos a nivel nacional. Esto nos impide estar presentes con nuestra formula presidencial en octubre.

Esta fue la primera elección de importancia donde Proyecto Sur participo sin Pino Solanas como candidato central. No se logró pasar la prueba. La simpatía y el apoyo hacia Pino y las causas que defiende el movimiento, y que él tan bien propagandiza, no se trasladó a la boleta de Proyecto Sur y sus candidatos. Sin Pino, gran parte de los votos de nuestro espacio fueron a parar al Frente Amplio Progresista y en menor medida a otras listas. El FAP se benefició también de la coyuntura en la que se desarrollaron las elecciones, más proclive a expresiones tibias y lavadas que a propuestas revolucionarias como las que levanta Proyecto Sur.

Debates a realizar

El resultado de las elecciones reabre la discusión sobre si fue acertada o no la decisión de que Pino resignara su candidatura presidencial para competir por la jefatura de gobierno porteña. Hay argumentos de peso para fundamentar una u otra opción. Si no se postulaba como Jefe de Gobierno hoy queda más claro que hubiéramos desaparecido del principal territorio del Movimiento y perdido la oportunidad de seguir fortaleciéndonos en Capital, obteniendo los diputados y comuneros que logramos. Hoy también tenemos más claridad del altísimo costo que terminó teniendo esta decisión. Sin Pino como candidato a presidente se debilitó el desarrollo del movimiento a nivel nacional y al no lograrse construir una candidatura alternativa de peso terminamos fuera de la carrera presidencial.

Viendo la distancia que nos sacó el FAP electoralmente, alguien nos puede plantear si no hubiera sido mejor ir con ellos pese a las condiciones leoninas que quisieron imponernos. Creemos que en este tema se actuó correctamente, pese al costo electoral que se tuvo que pagar primero en Capital y luego en las primarias. No concretamos la unidad porque no existían bases políticas ni metodológicas como para un acercamiento. Actuar distinto hubiera significado rifar nuestro programa y los principios que dieron origen a Proyecto Sur por un mero calculo electoralista. De esta forma el proyecto que defendemos, y que pese al golpe sigue vigente, habría desaparecido.

Por último, analizando los resultados del FIT, puede haber compañeros que se pregunten si no fue equivocado que no realizáramos una campaña esencialmente democrática como la que ellos llevaron adelante. Aunque creemos que fue un error que este punto estuviera prácticamente ausente del discurso de los principales candidatos de Proyecto Sur, no coincidimos en que ese podía o debía ser el único perfil de nuestro movimiento, ni creemos que aun haciendo centro exclusivo en este tema estuviera planteado para nosotros un resultado similar al del FIT. Sin querer desmerecer los meritos de la campaña que realizaron los compañeros del FIT, no se puede desconocer el peso decisivo que tuvieron en el resultado obtenido los comunicadores de grandes medios nacionales como Rial, Silvestre, Chiche Gelblum o Pergolini, que fueron los ideólogos y artífices de la campaña que ellos mismos bautizaron “un milagro para Altamira”. Estos periodistas quisieron medir el peso de las redes sociales y seguramente cotizarse mejor como formadores de opinión. Eligieron para su experimento a quienes consideraron más débiles e inofensivos. Otros en el 2001 inventaron a Zamora. Muy difícilmente nos hubieran elegido a nosotros como beneficiarios de “su” milagro, ya que el Movimiento Proyecto Sur lejos de ser una fuerza testimonial tiene un programa y una estrategia al servicio de construir una herramienta para influenciar franjas de masas y disputar el gobierno.

Nuestros errores más gruesos

Uno de ellos fue no haber lanzado con fuerza la candidatura presidencial de Alcira Argumedo el mismo día que se anuncio que Pino se postularía como Jefe de Gobierno. Alcira es una compañera muy reconocida en el Movimiento, pero completamente desconocida para la mayoría de la población. Recién salimos a impulsar nuestra formula presidencial cuando estaba terminando la campaña de Capital y quedaba menos de un mes para las primarias. Esto nos hizo perder un tiempo enorme en la instalación de la compañera, que luego no pudimos recuperar.

La subordinación de la campaña nacional a la de Capital también provocó confusiones políticas en relación a Binner y el FAP que terminamos pagando electoralmente. Al ir en una misma lista con el PS y los demás componentes del FAP en la elección a jefe de gobierno, en determinado momento aparecimos levantando innecesariamente la figura de Binner en desmedro de nuestra propia formula presidencial y todo esto hizo que un sector importante de nuestros votantes no terminara entendiendo por qué se produjo luego la ruptura.

Hay que realizar muchos cambios

En esta campaña han quedado en evidencia muchos problemas políticos y organizativos, algunos de carácter estructural, que deberemos analizar y tratar de solucionar si queremos recuperar el dinamismo que hemos perdido. Quedó en evidencia, por ejemplo, la ausencia de una política destinada a postular públicamente nuevos referentes del movimiento para que no tengamos que depender exclusivamente de la actividad de Pino Solanas. También la falta de un funcionamiento orgánico que permita la participación de todas las corrientes y la militancia en la toma de decisiones, única forma de buscar contrapesos para equivocarse cada vez menos y fortalecer el desarrollo armónico e integral del movimiento para que en un futuro Proyecto Sur tenga el mismo peso que la figura de Pino.

Si logramos debatir entre todos un balance bien objetivo de las últimas elecciones, sacar la mayor cantidad posible de conclusiones correctas y comenzar a realizar todos los cambios que sean necesarios para que el movimiento nuevamente retome la ofensiva, estamos convencidos que pese al golpe terminaremos saliendo fortalecidos de esta experiencia.

 


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