Alternativa Socialista Nº 577 29/08/12
Cuando alguien está en terapia intensiva, la situación es grave. Eso pasa con la salud pública porteña. Los problemas vienen de antes, pero el gobierno macrista los ha agudizado. La salud vive una situación de crisis y conflictos, una verdadera emergencia, que afecta también a los pacientes.
En los últimos meses vengo recorriendo distintos hospitales públicos de la Ciudad. De las charlas con las enfermeras, médicos y otros compañeros trabajadores, y de ver con mis propios ojos el estado de la infraestructura y los servicios, no me caben dudas de que la situación es de emergencia.
Conflicto en el Borda
Para construir su «Centro Cívico Siglo XXI», Mauricio Macri quiere avasallar los predios del Hospital Borda en donde funcionan los Talleres Protegidos que brindan cursos de oficios y tareas a los pacientes, incluída una pequeña cancha de recreación. El viernes 18, a la mañana, aparecieron allí una escribana, policías de civil y un oficial de justicia con la orden de sacar el mobiliario de las instalaciones destinadas a la rehabilitación y trasladarlos a otro sitio.
Una vez más, la comunidad hospitalaria, y en particular los trabajadores de los talleres en riesgo, hicieron el aguante. Rápidamente convocaron a los medios, organizaciones sociales, de derechos humanos y legisladores. Junto con otros diputados, nos hicimos presentes para solidarizarnos y fortalecer la resistencia. El intento de desalojo fue frenado. En vez de un negocio para las constructoras privadas, los millones previstos para el «Centro Cívico» se deberían destinar a reparar los hospitales públicos.
Enfermería en alerta
Un sector decisivo en la atención de salud son las enfermeras. Este gobierno no sólo sigue sin nombrar el personal faltante -hay más médicos que enfermeras, cuando debería ser al revés- y sin incluir a las licenciadas en la carrera profesional, sino que toma medidas que desjerarquizan claramente el rol de Enfermería.
Es el caso del Decreto 260/12, que impone un «régimen gerencial» al mejor estilo privado e injustamente coloca a toda el área de Enfermería bajo la batuta de la conducción médica. Por este problema, que generó una fuerte oposición entre las enfermeras, hacemos una reunión especial en la Legislatura el viernes 31.
… y todo igual
A pedido de los delegados de ATE del Garrahan, con el diputado Jorge Selser -presidente de la comisión de Salud de la Legislatura-, el martes 28 nos reunimos con los cuatro directores del Hospital para plantearles que reconsideren los despidos de trabajadores tercerizados.
En el Gutiérrez, pretenden instalar a Mc’Donalds y persiguen a la Asociación de Profesionales y a los trabajadores que resisten. Hay ascensores que no funcionan, sectores sin salida de emergencia y hace años que no entregan uniformes al personal, entre otros problemas.
En el Álvarez, demoran la finalización de las obras por el incendio. En el Piñero faltan insumos e instalaron una oficina de Registro Civil al lado de la morgue. En cuanto al «Hospital» de Lugano, organizaciones sociales de la zona sur se movilizan para exigir que sea un verdadero hospital, y no un centro de salud ampliado como planea Macri.
Los centros de atención primaria (CeSAC) no están mejor. Veamos algunos casos de la Comuna 8. El CeSAC 7, único del Barrio Piedrabuena, en Villa Lugano, requiere la construcción urgente de un nuevo edificio debido al deterioro del actual. El CeSAC 18, en la Villa 20, necesita reparaciones urgentes. El CeSAC 43, en la misma villa, espera la finalización de obra ¡desde que Macri asumió su primer gobierno, en 2008! Y la lista sigue…
Frenar los ajustes contra los trabajadores de la salud, mejorar su situación y cubrir el déficit, terminar las obras pendientes en los hospitales, proveer los insumos y equipamientos necesarios, controlar a la salud privada y disponer un aumento del presupuesto son las medidas urgentes que hacen falta para sacar a la salud pública porteña de la terapia intensiva en que se encuentra. Nuestra banca está al servicio de esa lucha.