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OBSERVACIONObservación al Despacho n° 488/13 de la Comisión de Planeamiento Urbano

Compartimos los términos que expresa el Despacho de Minoría y que fueron planteados por numerosos vecinos y organizaciones en la Comisión de Planeamiento Urbano en la que se trató el proyecto en debate.

Uno de los problemas más graves que presenta el proyecto es que la adquisición de los terrenos por parte del grupo IRSA está sospechada de corrupción, tal como lo refleja el Certificado de Dominio. El Club Ferrocarril Oeste no podía vender esos terrenos porque no eran de su propiedad. Por lo tanto el jefe de gobierno pretende, mediante este proyecto, blanquear una violación de la Constitución nacional, que es muy clara cuando dice que sólo el Congreso de la Nación puede “disponer del uso y de la enajenación de las tierras de propiedad nacional” (art. 67 inc. 4º de la Constitución de 1853 y reformas, y art. 75 inc. 5 de la de 1994).

En este marco, resulta aún más preocupante que el oficialismo quiera aprobar en solo una semana, con poco debate y sin ningún tipo de evaluación ambiental, la habilitación de un shopping que afectará no sólo a la Comuna sino a toda la ciudad.

El gobierno argumenta que un shopping va a generar más seguridad. Si fuera así, habría que instalar un shopping en cada barrio. La seguridad se favorece con mejores políticas sociales, de prevención, más iluminación y otras medidas. La única “seguridad” que brinda el proyecto en debate es a los bolsillos de la corporación inmobiliaria IRSA, cuyo titular es Eduardo Elsztain.

Un shopping del tamaño que se pretende autorizar utilizaría un consumo eléctrico equivalente a unas 80 manzanas. En un barrio donde los cortes de luz son cada vez más frecuentes, donde el tránsito es un caos y cuyos servicios están saturados, un emprendimiento semejante no puede provocar más que nuevos trastornos.

Además el shopping competiría comercialmente con los minoristas ya instalados en el resto de la Comuna. Hace poco el Consejo Económico y Social de la Ciudad realizó una encuesta, cuyo resultado señala que la gran mayoría de los vecinos preferirían un centro comercial a cielo abierto antes que un shopping.

Un párrafo aparte merece la crisis de infraestructura hídrica del barrio de Caballito a la que, lejos de solucionar, ahora se le sumarán 125.000 metros cuadrados de shopping y 155.000 metros cuadrados de torres. Este nivel de cementación favorecerá aún más las inundaciones. Estamos hablando de un barrio que tiene aproximadamente unos 30.000 habitantes por kilometro cuadrado, densidad que sólo se encuentra en países como India y China. Lo que Caballito necesita son más espacios verdes, no más saturación inmobiliaria y demográfica. Por eso proponemos la rezonificación del predio como UP para que sea parte del corredor verde del oeste.

No me caben dudas de que si se investigasen los orígenes del título de propiedad, si se realizasen los estudios de impacto ambiental correspondientes, si se consultase democráticamente a los vecinos del barrio y si se tratase el proyecto con el tiempo adecuado en las comisiones de la Legislatura, el proyecto del jefe de gobierno para crear un shopping innecesario no se sostendría racionalmente.

Siendo el beneficio exclusivamente para IRSA, y el perjuicio para el patrimonio público y los vecinos, ya han caído los anteriores intentos para construir este shopping e igual suerte debería correr este proyecto.

Por todo lo expuesto solicito también el archivo del Expediente Nº 2513-J-2013.

BODART, Alejandro


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