Los últimos días sucedieron tres hechos políticos de alcance nacional. El 28 de febrero la Ciudad de Buenos Aires estuvo en vilo ante la orden de desalojo que pesaba sobre cientos de familias del predio de Lugano. En este caso los diputados de izquierda jugamos un rol muy importante; fuimos rápidamente a ponernos a disposición de esa lucha y a frenar la represión que se había ordenado. Para lograrlo nos reunimos en asamblea con las familias, debatimos y construimos propuestas con ellos que le hicimos saber al gobierno mientras le exigíamos que se frenara el intento de represión y desalojo. Como todos los medios lo demostraron, los legisladores de izquierda actuamos positivamente a favor de la lucha por vivienda digna y se logró un primer objetivo.
En el mismo sentido, el día anterior en la jornada de lucha nacional y los cortes por la absolución a los petroleros de Las Heras, nuestra compañera Vilma Ripoll estuvo desde la madrugada enfrentando junto a cientos de trabajadores la represión de gendarmería en la Panamericana. En ese lugar y en el Puente Pueyrredón, también otros dirigentes de diversas organizaciones de izquierda tomaban la misma actitud y hacían sentir en todo el país el reclamo de justicia.
Finalmente en el día de ayer el conjunto de la izquierda y los compañeros de la CTA jugamos un rol muy destacado en el paro y las marchas de docentes a lo largo del país y en las acciones de los trabajadores estatales de Buenos Aires y otras ciudades. Levantando entre todos el reclamo de salarios dignos, frente a las migajas que ofrece CFK y los gobernadores.
Arranco por reivindicar el rol de la izquierda en estos tres importantes hechos porque así fue la realidad y también porque la misma contrasta con el rol de los partidos del régimen y la burocracia sindical. Los primeros comenzando por CFK son garantes de aplicar el ajuste, los segundos tratan de evitar a toda costa que las luchas se realicen. Se nota que el peso del conjunto de la izquierda en las luchas actuales es significativo y va en aumento. Y aunque muchas veces tengamos diferencias sobre cómo encararlas, tenemos que hacer que prime la necesidad de ganar las peleas como en los casos antes mencionados.
Por un movimiento o frente unitario de la izquierda política y social
Tanto en las luchas como en muchos temas políticos, al interior de la izquierda tenemos importantes acuerdos y también diferencias; seguramente las seguiremos teniendo. Se trata de buscar ámbitos comunes para debatirlas, de aprender a convivir con matices y diferencias y a veces superarlas mediante el debate común. Lo que no puede ser, es que las diferencias se pongan por delante de los muchos puntos de acuerdos que tenemos.
Frente a la debacle del gobierno nacional y la oposición de derecha, se pone blanco sobre negro la necesidad de oponerle a estos proyectos una nueva alternativa. Y la misma sólo puede venir desde la izquierda. Lamentablemente, esa unidad que se vio en las luchas de las últimas semanas no existe en el plano político y ese es el gran desafío. Ni el FIT por su lado, ni otras fuerzas por otro, podemos ocupar el espacio vacante que deja la crisis, solo una amplia unidad puede intentarlo. Porque vendrán nuevas luchas y podemos ganarlas; pero todos sabemos que a la larga, si no logramos hacernos del gobierno vendrán nuevos ajustes y una vuelta a empezar. La experiencia del argentinazo lo marca claramente; luchamos y derrotamos varios gobiernos, mas al no tener un reemplazo propio para poner, trece años después estamos de nuevo, enfrentando un brutal ajuste.
De ahí que insistimos con nuestra propuesta: construir una gran unidad, un enorme movimiento político o frente de las organizaciones de izquierda y populares. Que en primer lugar siga impulsando las peleas concretas en la clase obrera, los sectores populares y la juventud. Y que levante un programa anticapitalista que dé salida a esta crisis, hay muchos puntos que nos unen: nacionalizar la banca y el comercio exterior, castigar con la ley de abastecimiento a las empresas que aumenten o acaparen productos. Ningún pago a Repsol y anulación del acuerdo con Chevron, estatización del sistema petrolero bajo control social. No a los pagos de la deuda externa ni a un nuevo acuerdo con el Club de Paris. Recuperación del sistema ferroviario nacional y el subterráneo bajo un sistema estatal y con control social. Priorizar la salud y educación pública. Anular el impuesto al salario y el IVA a los productos de la canasta básica; salario de $10.000 para todos y actualización automática trimestral. Y la pelea por lograr un gobierno de los trabajadores y el pueblo. Estos y otros puntos podemos levantar todos juntos.
En las elecciones: Aprovechar las internas para lograr la unidad
Junto con luchar y difundir estas propuestas programáticas, todos somos conscientes que hacia las próximas elecciones también será necesario que haya unidad, pero sin mecanismos democráticos que lo garanticen no será posible. Si lográramos un frente electoral bien amplio de las fuerzas de izquierda y populares, le pelearíamos mucho mejor a los partidos del régimen y a la vez, daríamos un impulso a una unidad más a largo plazo que precisamente supere el estadio meramente electoral.
Para lograr esto hacemos una propuesta: aprovechar las internas obligatorias, presentándonos todos juntos con el compromiso de respetar los resultados. Y así vayamos después a las elecciones generales dando una enorme muestra de unidad. Estamos convencidos que este paso abriría un gran entusiasmo que se reflejaría en la participación de varios millones de trabajadores y jóvenes. Y, a su vez, motivaría la intervención política de nuevos sectores. Algunas fuerzas de izquierda no se plantean este desafío. Creemos que es hora de que lo hagan, porque será clave para el futuro.
Por eso volvemos a hacerle esta propuesta al FIT, a los compañeros de Unidad Popular, de Marea Popular, el PCR y a todas las organizaciones. A los dirigentes sindicales y sociales, a los intelectuales de izquierda, al movimiento ambiental y de género. A todos aquellos que quieran construir un camino amplio y unitario desde la izquierda, para disputar el poder en todos los terrenos. Los invitamos a desarrollar en común este necesario camino.