Hoy al mediodía estuve con los vecinos de la toma de Lugano, compartiendo un almuerzo y conversando con ellos para conocer más a fondo su situación. Es gente de trabajo, precarizados, discriminados, excluidos y privados del derecho a una vivienda. El PRO insiste en criminalizar a los vecinos que reclaman por una vivienda digna pero sigue incumpliendo la ley 1.770 de urbanización de la Villa 20. En estos terrenos hace años tendrían que haberse construido viviendas sociales. Los compañeros siguen aguantando los aprietes y agresiones porque lo suyo es una pelea por su dignidad y su futuro. Este es un caso extremo que muestra la necesidad de un cambio total en la política habitacional de la Ciudad, donde crece la especulación inmobiliaria pero cerca de medio millón de vecinos viven en condiciones infrahumanas.
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