Presentado conjuntamente con los Diputados Jorge Aragón y Hernán Rossi
Artículo 1°.-Denomínase “Héroes de Barracas” a la actual calle Gaspar Melchor de Jovellanos.
Art. 2°.- Cúmplase con lo dispuesto por los arts. 89º y 90º de la Constitución de la Ciudad.
Art. 3º.- Comuníquese, etc.
Fundamentos
Señora Presidenta:
La iniciativa que aquí presentamos en forma de proyecto legislativo nos la han acercado un grupo de vecinos del barrio porteño de Barracas junto a personal de la Superintendencia Federal de Bomberos de la Policía Federal Argentina, cuyos fundamentos sintetizamos aquí.
Desde ya, al respecto resulta imposible no tener presente el trágico incendio ocurrido en el depósito de la empresa Iron Mountain en Barracas el pasado 5 de febrero, que como sabemos se cobró la vida de diez personas: ocho bomberos y dos agentes de Defensa Civil de la Ciudad.
Sin embargo, este proyecto apunta a una mirada más histórica de la particular relación existente entre el barrio de Barracas y los servidores públicos que intervienen en casos de emergencias y catástrofes, ya se trate de bomberos policiales o voluntarios, trabajadores de defensa civil o del SAME.
Desde la fundación de la Ciudad de Buenos Aires y hasta fines del año 1821, los incendios eran combatidos por los integrantes de la Guarnición, los alcaldes de barrio, serenos, celadores y vigilantes, según la época. Se usaban baldes y carros aguateros que traían el agua del río o de pozos de casas particulares.
En 1866 se creó la Compañía de “Caballeros Voluntarios”, después llamada de “Vigilantes Bomberos”, que iniciaron sus tareas el 2 de enero de 1870. Establecieron su cuartel en el Departamento de Policía, dando lugar a la Superintendencia Federal de Bomberos. En 1880, con la federalización de la ciudad de Buenos Aires, fue organizado como cuerpo.
Así comienza el desarrollo técnico y funcional de la actual Superintendencia Federal de Bomberos, denominación otorgada a partir de 1994, que expresa el carácter federal de los servicios de bomberos prestados por la PFA. Actúan en los aeropuertos del interior del país y también como cuerpo auxiliar de la justicia federal en todo el territorio nacional, en materias tales como investigación pericial, explosivos, riesgo químico, protección radiológica y seguridad nuclear.
Cabe destacar que Barracas, en tiempos lejanos, era una zona de quintas de veraneo, con casas distanciadas, con una marcada diferencia entre dos clases sociales. En 1871, la terrible epidemia de fiebre amarilla azota al barrio y mucho antes de que los médicos del Consejo de Higiene Pública estuvieran medianamente legitimados para ingresar en las casas de los enfermos, fue la policía, el cuartel de bomberos creado en 1870, los encargados de practicar visitas domiciliarias, a riesgo de contagio.
Sus integrantes debían garantizar también el cumplimiento de las disposiciones en materia de salubridad, retirando de las calles objetos perjudiciales para la salud, rellenando pantanos y evitando el estancamiento de aguas. De todas las actividades, sin duda la más problemática era la inspección de las casas de inquilinato que comenzaban a proliferar en el sur de la ciudad y en los arrabales. Esas visitas involucraban a menudo desalojos por hacinamiento, fumigación de habitaciones y quema de ropa de cama de los infectados. Los bomberos se ocuparon de gran parte de la asistencia, incluido el traslado de los enfermos hasta el lazareto y de los cadáveres hasta los cementerios.
Así como había ocurrido en 1867-1868, en 1886 una epidemia de cólera invadió Buenos Aires, luego Rosario y el interior del país, dejando en esta ciudad capital un tendal de 1.580 muertos según cifras oficiales. En esta ocasión, la policía y el cuartel de bomberos también intervinieron con sus habituales herramientas de asistencia sanitaria.
En 1940, la gran inundación producida fue otro momento dramático para la población barraquense. Durante la sudestada las aguas alcanzaron los 4.65 metros (récord no superado hasta 1985), el Delta del Paraná quedó sumergido y las zonas de La Boca y Barracas fueron completamente anegadas. Una vez más, los bomberos y otros servidores públicos prestaron su apoyo incondicional a los vecinos.
Desde entonces hasta hoy todos ellos han servido desinteresadamente a la Ciudad de Buenos Aires, siendo dentro de ella el barrio de Barracas una zona de numerosos accidentes, inundaciones, incendios, derrumbes y otros siniestros.
En la historia de la humanidad, el fuego y el agua han constituido elementos de la mayor importancia. Pero fuera de control ambos elementos provocan muertes y daños, afectando gravemente a poblaciones enteras. En su devenir histórico, hombres y mujeres se han organizado para ejercer ese necesario control y, como pieza insustituible de esa especialización, se encuentran los bomberos. Más allá de los debates políticos sobre si los cuerpos de bomberos deben integrar las fuerzas policiales o ser independientes, los abajo firmantes compartimos el sentido humano y social de la presente iniciativa.
Dentro de la labor consuetudinaria realizada por los distintos servicios de emergencia en Barracas, hemos vivido la situación dramática del 5 de febrero de 2014. Allí demostraron sus rasgos de heroísmo y entrega aun a costa de sí mismos. Aunque nada compensa las diez vidas perdidas, los homenajes ya realizados y la debida investigación de todas las responsabilidades por el incendio son deudas en el camino de hacer justicia.
En los tiempos futuros nuevas generaciones de bomberos reemplazarán a las actuales, con el mismo espíritu de sacrificio heredado de sus antecesores. Es necesario rendir tributo atemporal a todos esos hombres y mujeres que día a día velan por la seguridad del barrio de Barracas: personal de la Superintendencia de Bomberos de la PFA, de los Bomberos Voluntarios, de Defensa Civil y del SAME, siempre presentes.
El escritor y jurisconsulto español Gaspar Melchor de Jovellanos, del siglo XVIII, cuyo nombre a la calle se impuso por la Ordenanza Nº 14.980/58 (BM Nº 11.034) bien puede ya dejar su lugar a los Héroes de Barracas.
Por todo lo expuesto, solicitamos la aprobación del presente proyecto de ley.
2 Comentarios
nestor · 3 de agosto, 2014 en 18:54
no estoy de acuerdo, busque de mas antigüedad, por ejemplo Pedro de Mendoza o Azara mismo.
Duthilleul Danièle · 3 de marzo, 2015 en 09:20
Je voudrai simplement vous adresser mes plus vives condoléances pour la disparition de vos collègues lors de l’incendie. J’ai appris par une amie argentine que cet incendie est criminel. Je souhaite de tout coeur que la justice fasse la lumière sur cette affaire et punisse les auteurs de ce crime. (une amie de France)
Los comentarios están cerrados.