Declaración del MST-Nueva Izquierda: En las presidenciales votamos críticamente al FIT.

El 25 de octubre se realizarán las elecciones nacionales entre las fuerzas que superaron las PASO. En nuestro caso, esa ley proscriptiva inventada por los viejos partidos del régimen para dejar por fuera a fuerzas emergentes, nos impide en esta ocasión participar con nuestros propios candidatos, aunque si lo haremos en una serie de elecciones provinciales y municipales en Córdoba, Neuquén, San Juan, Entre Ríos, Santa Cruz, Mendoza, Jujuy y Chubut, donde el MST-Nueva Izquierda presenta sus propios candidatos.

En relación a las elecciones presidenciales, nuestro partido ha realizado una evaluación del contexto político de las mismas y de los partidos que se presentan y hemos llegado a la siguiente definición. Por un lado, estamos en presencia de elecciones que darán inicio a un cambio político en el país, que estará signado por la profundización del ajuste que ya está en curso bajo el gobierno de CFK, ya que cualquiera de los candidatos que hoy aparecen con mayor posibilidad de ganar (Scioli, Macri o más atrás Massa) representan proyectos políticos que nada tienen que ver con los intereses populares y sí de mucha relación con las grandes corporaciones y con el poder financiero, sectores para quienes va a gobernar el que gane.

Además de estos tres candidatos se encuentran Rodríguez Saá como representante menor del viejo PJ y una alicaída Stolbizer, que expresa el fracaso pronunciado de los proyectos de centroizquierda que siempre terminan atados a parte de la vieja política y nada nuevo tienen para ofrecerle a la población. Por fuera de estas cinco variantes opuestas a nuestro proyecto, una sola candidatura de izquierda estará presente en octubre: la del FIT.

Dada esta situación, y compartiendo el sentimiento de miles de votantes, militantes y simpatizantes de izquierda y progresistas que quisieran ver a toda la izquierda actuando unida, para las presidenciales de octubre hemos definido apoyar al FIT, pese a las enormes limitaciones que ese frente tiene y a su responsabilidad en no ampliar la unidad para de verdad ser una alternativa fuerte. A la vez entendemos que haya trabajadores y jóvenes que no sintiéndose representados por el FIT tal vez ahora se planteen un  posible voto en blanco o nulo, dado el sectarismo y la pronunciada autoproclamación del Frente de Izquierda. Quienes sintiéndose de izquierda se plantean estas dudas a la hora de votar, reflejan también sanamente y de la forma que mejor creen conveniente, una visión crítica a la cerrazón con la que el FIT encara todos los debates sobre la unidad.

En nuestro caso, nuestro voto en las presidenciales por el FIT será por la positiva y a favor de las posiciones de izquierda frente al resto de los candidatos de fuerzas patronales, y a la vez crítico porque el FIT no tiene una propuesta política que permita que la izquierda sea vista como opción para millones y en concreto obstaculiza la posibilidad de una unidad más amplia, plural y verdadera en el marco de la izquierda política y social.

Nuestro partido, mucho antes de estas elecciones, le propuso tanto al FIT como a otras fuerzas populares y de izquierda construir una unidad más amplia, con un programa anticapitalista que permitiera que desde la izquierda llegáramos a estas elecciones unidos y como un polo alternativo a las fuerzas del régimen. El FIT rechazó ese planteo. En un nuevo esfuerzo unitario luego le propusimos nuestro ingreso al FIT en base a su programa, pero también rechazaron esa posibilidad. Ese sectarismo y autoproclamación repetido es responsable de que hoy la izquierda no sea vista en estas elecciones como una opción para millones, hecho que se evidencia en que el 96% de la población eligió en las PASO a otras variantes.

Ante esto, el FIT sigue sin asumir esa realidad, y hace declaraciones -como las realizadas varias veces por Altamira (PO)- negando que exista la división de la izquierda cuando es un hecho muy evidente de la realidad, y no abriendo ningún canal de confluencia real hacia las principales fuerzas nacionales de izquierda y populares que no somos parte del FIT. El colmo de esta posición es la de Del Caño (PTS), que pide que toda la izquierda vote al FIT pero rechaza abrir o ampliar el FIT a esas mismas fuerzas de izquierda a quienes les pide el voto.

Esta falta de visión estratégica y de negación de que existen distintas culturas y corrientes de izquierda se expresa también en las luchas y en el plano sindical, donde el FIT bien pudo haber convocado a construir un gran espacio común de toda la izquierda combativa para así enfrentar mejor y más fuerte a las patronales y a la burocracia, y en lugar de eso ni siquiera entre sus propias fuerzas actúan en común sino enfrentados en la mayoría de gremios y luchas en curso, debilitando en ocasiones las luchas concretas por esas disputas.

Por todas estas cosas vamos a votar críticamente al FIT frente a los candidatos de distintos sectores patronales, manteniendo a la vez la propuesta política que hicimos reiteradas veces: la principal tarea  de la izquierda es construir una gran coalición amplia y plural en base a un programa en común, que no sea testimonial, se juegue a ser opción de gobierno y permita que distintas tradiciones y culturas de izquierda convivamos en base a priorizar los acuerdos sin ocultar las diferencias que lógicamente existen. El FIT, en su esquema actual, viene actuando para que esta gran unidad no exista, mientras atraviesa una dura crisis y disputa interna plagada de acusaciones mutuas que lo llevó a retroceder electoralmente.

Superar esta situación de división es una tarea vital si queremos que la izquierda en nuestro país se encamine a ser opción para millones. Por eso invitamos a todas las organizaciones de izquierda y populares, a las que están en el FIT y a las que no, y a los votantes y simpatizantes de izquierda y progresistas, a que debatamos fraternalmente hacia adelante cómo avanzar verdaderamente en una confluencia, para enfrentar juntos en las luchas el ajuste que viene y para poner en pie una gran alternativa unitaria de toda la izquierda política y social.