En medio de un ajuste antipopular brutal explotó la olla podrida de la corrupción, que salpica a toda la casta política tradicional. La ruta del dinero K conduce indefectiblemente a Cristina y su entorno. El escándalo de las offshore desenmascaró rápidamente a Mauricio y sus amigos. Hay que revertir las medidas de ajuste del gobierno, impedir la impunidad del poder y a la vez avanzar en la construcción de un nuevo proyecto político.
Las mayorías populares acumulan bronca ante el espectáculo bochornoso que ven en las alturas, mientras sufren las consecuencias de la inflación, los tarifazos y los despidos que no dejan de crecer. Desde el gobierno de Macri intentan justificar el ajuste en la «herencia recibida» y desviar la atención hacia el desfile mediático a Comodoro Py y Ezeiza. A su vez el kirchnerismo se victimiza y trata de tapar la corrupción que los corroe, poniendo el foco en la corruptela offshore del macrismo. En este tema, como en otros, priman las semejanzas que ambos sectores se empeñan en negar.
Apoyemos a los que luchan
Los trabajadores resisten como pueden la ofensiva ajustadora, despliegan múltiples iniciativas en todo el país y han obligado a los dirigentes de ATE y CTERA a convocar paros y movilizaciones que no estaban en sus planes. Las distintas CGTs han tenido una actitud cómplice y ahora, para lavarse un poco la cara, llaman a una marcha el 29 de abril cuando lo que se necesita desde hace meses es un paro general y un plan de lucha hasta derrotar el ajuste macrista. Y el PJ en todas sus variantes, incluido el FpV, desde el Congreso y las gobernaciones, se ha transformado en la apoyatura fundamental del gobierno de Macri.
La primera tarea que tenemos planteada los que queremos un país distinto es rodear de solidaridad a los que luchan y jugarnos enteros para que triunfen.
La corrupción es sistémica
Todo lo que sale a la luz a diario evidencia la decadencia del sistema capitalista semicolonial argentino, su clase dirigente y la casta que administra el Estado. No es casual que lo mismo suceda cada vez en más países, ya que la crisis es internacional. Las mafias, el fraude, las maniobras cuasi delictivas o delictivas y la corrupción desenfrenada se han transformado en un componente esencial del modelo de acumulación de riquezas vigente.
No se trata, como nos quieren hacer creer desde el poder, de excepcionales manzanas podridas en fruteras repletas de virtud, sino de lo contrario. La corrupción recorre a todas las instituciones, desde la justicia a la policía, pasando por los partidos tradicionales, cámaras empresarias, sindicatos y no se salva ni la Iglesia. Está presente en la génesis de la deuda externa, en cada privatización, en la obra pública. Tuvo como actores a la dictadura y a todos los gobiernos «democráticos» desde 1983 hasta hoy.
Se desarrolló a full durante el gobierno K, permitiendo que se enriquecieran de la noche a la mañana funcionarios y empresarios amigos. Y más allá de la propaganda camporista, no pudo llevarse a cabo sin la anuencia directa o indirecta de los Kirchner. También afecta a Macri y su entorno porque las sociedades offshore en paraísos fiscales, de las que forman parte el presidente y cada vez más funcionarios de Cambiemos, sólo se constituyen para evadir impuestos, fugar capitales o lavar dinero de ilícitos.
¿Justicia cómplice o CONADEP contra la corrupción?
Para erradicar de raíz la corrupción nos tenemos que plantear terminar con el sistema capitalista que le da sustento. Solo una sociedad distinta, donde todo sea controlado y dirigido democráticamente por las mayorías populares, podrá terminar con ese y otros flagelos que soportamos. Es por ello que no podemos depositar confianza en ningún individuo o institución del propio régimen a la hora de plantearnos combatirlos.
Al servicio de los cambios de fondo que necesitamos, se impone superar la farsa de una justicia que siempre ha sido cómplice del poder de turno y debatir medidas de emergencia para enfrentar un momento tan crítico como el que estamos viviendo (ver Nuestras propuestas anti-corrupción).
Una medida concreta sería conformar una Comisión Investigadora Independiente, similar a la CONADEP, compuesta por personalidades intachables y representantes de todos los espacios políticos, para analizar e investigar las denuncias de corrupción que están en danza. Solo así estaríamos más cerca de saber toda la verdad e impedir que otra vez triunfe la impunidad.
Construyamos algo nuevo, amplio y anticapitalista
La crisis política y moral que corroe a los que nos gobiernan, sus partidos e instituciones también refuerza la necesidad de construir un proyecto político completamente nuevo. El PJ, la UCR-PRO o la centroizquierda tradicional son parte del problema a superar.
Un proyecto con amplitud para abarcar a las distintas expresiones que provienen de la izquierda y del verdadero progresismo. Con un funcionamiento bien democrático para que los matices y diferencias no sean un obstáculo, sino un aporte para buscar las mejores respuestas y soluciones. Y con un programa que a partir de propuestas concretas ante los problemas que afectan a las mayorías populares se plantee avanzar en un sentido anticapitalista, ecosocialista y antipatriarcal. Anticapitalista, porque si no se cambia el sistema, las medias tintas terminan en retroceso. Ecosocialista para que sea sustentable, en defensa de la gente y la naturaleza. Y antipatriarcal, porque una nueva sociedad debe ser sin violencia ni opresión a la mujer. Así es posible poner en pie algo completamente nuevo, dinámico y transformador.
De todo esto y mucho más queremos charlar con cada uno de los compañeros y compañeras con los que compartimos luchas y debates. Para escucharnos e intercambiar ideas, te invitamos a que nos acompañes este 1° de Mayo en algunos de los actos que hacemos en todo el país.
Alejandro Bodart