El 27 de octubre será recordado por siempre. Ese día el Palament de Cataluña, con una enorme movilización de apoyo del pueblo en sus puertas, declaró la Independencia de la República de Cataluña del Estado español y la monarquía del rey Felipe VI. Con su votación favorable, el parlamento catalán no hizo sino convalidar lo que ya el pueblo de ese país había decidido en el plebiscito del 1º-O, al cual acudió masivamente, defendiendo su derecho a decidir, aún soportando una cruda represión. Un brutal ataque que no distinguió hombres de mujeres, jóvenes de ancianos, por parte de las fuerzas represivas del Estado Español.
En respuesta a esta decisión soberana de este pueblo del nordeste de la península ibérica, el pleno del Senado español, con el voto favorable del PP, el PSOE y Ciudadanos, decidió aplicar el artículo 155 de la Constitución española y habilitó al Consejo de Ministros del gobierno de Rajoy para intervenir el gobierno autonómico, su poder ejecutivo presidido por Puigdemont, disolver el parlamento con la excusa de llamar a unas anti democráticas nuevas elecciones autonómicas , intervenir la policía catalana de los Mossos D’Esquadra, las delegaciones catalanas en el exterior, entre otras medidas, que son completadas por la intervención de la fiscalía para procesar y detener a Puigdemont y la utilización del Tribunal Constitucional para rechazar la declaración de Independencia del Parlament.
Si bien el gobierno de Rajoy ha hablado de que actuará con cuidado y “mesura” para restablecer la “legalidad” española. No ha tenido ninguna “mesura” para intentar imponer un verdadero “golpe de estado”, como no la tuvo cuando el 20S allanó dependencias autonómicas y detuvo a varios altos funcionarios del Govern de Cataluña, o cuando mando a su policía a golpear salvajemente a miles de ciudadanos cuyo único delito comprobable era el de tratar de votar en el plebiscito que consagro su voluntad de independizarse.
Y como estos intentos represivos fueron derrotados por la movilización masiva del pueblo catalán, ahora intenta con el 155 avanzar en su escalada represiva contra la revolución independentista, para intentar cortar de cuajo una lucha que lo viene superando y derrotando a cada paso que da.
Es que “restablecer la legalidad” en un territorio cuyo pueblo sale por miles, cientos de miles a la calle a defender su derecho a decidir ser independiente, no puede hacerse de otra manera que acudiendo al brutal aparato represivo que el Estado Español tiene estacionado en Cataluña, que cuenta con miles de efectivos de la Guardia Civil y la Policía Nacional actuando como un verdadero ejército de ocupación. Su vuelta a la “legalidad” ha sido la aplicación de graves medidas coercitivas que van desde facilitar el boicot económico de las grandes empresas, a intentar ahora aislar a Cataluña Independiente internacionalmente.
El curso represivo del régimen español y de su gobierno del PP no fue en ningún momento cambiado ante las ofertas de diálogo del gobierno autonómico. Todo lo contrario, el único “dialogo” posible con el régimen monárquico ha sido la rendición incondicional y que los dirigentes catalanes abjuraran del derecho a la independencia que su pueblo consagró. Su espíritu “dialoguista” se materializó en las injustas detenciones de Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, los dirigentes de la ANC y Ómnium, verdaderos rehenes políticos del Estado Español y cuya libertad todo el pueblo catalán y los demócratas del mundo reclaman.
Este régimen imperial monárquico parlamentario que hoy gobierna España es un heredero directo del régimen franquista y de la nefasta Constitución del 78, que consagró una monarquía contra la república democrática por la cual el pueblo español peleó contra la bestia fascista del franquismo. Una anti democrática constitución hija del Pacto de la Moncloa, en el cual las direcciones de los trabajadores y el pueblo español, fundamentalmente del PSOE, el PC y distintas direcciones “nacionalistas” de ese entonces, traicionaron a los que tanto pelearon contra el franquismo, renegando del régimen republicano que era la bandera de la lucha anti fascista.
Ahora esa Constitución, su Rey y el conjunto del régimen anti democrático surgido de ese pacto contra el pueblo español, se levantan contra una nación que demanda el más elemental y democrático derecho a la autodeterminación. Lo hacen con el apoyo abierto de las grandes multinacionales españolas y europeas, de los principales gobiernos y dirigentes de la UE y de Trump, de las viejas y traidoras dirigencias políticas y sindicales de España como son la UGT dominada por el PSOE o las CCOO dirigidas por el PC.
Lamentablemente, nuevas corrientes surgidas al calor de la crisis del viejo régimen y de la resistencia a sus brutales planes de ajuste, que se expresaron en el magnífico movimiento de Indignados y que luego tuvieron su materialización política en la formación de PODEMOS, han mantenido una posición ambivalente equivocada, que condena al mismo nivel la represión del artículo 155, como la declaración de independencia de Cataluña. Cuando lo que corresponde es defender sin ambages el derecho a la autodeterminación y a la independencia del pueblo catalán.
Un grave peligro se cierne sobre la revolución catalana. Sobre aquellos que eligieron “poner el cuerpo” y enfrentar las porras de la policía. Sobre aquellos que han defendido su dignidad y su derecho a decidir en forma valiente saliendo masivamente a la calle. Contra ese pueblo que ha decidido dar un gran paso en la historia y no dejarse amilanar por las amenazas, ni por el ruido a sables que brota de los cuarteles españolistas.
La batalla del pueblo catalán, de sus jóvenes y sus viejos, de sus mujeres y sus hombres, es una batalla de todos los que defendemos los derechos democráticos de los pueblos contra la represión y la barbarie imperialista. La pelea del pueblo catalán por su autodeterminación y derecho a la independencia, es la pelea de todos los pueblos oprimidos por el Estado Español, de los vascos, gallegos, andaluces, canarios, etc.
La lucha contra el régimen monárquico es parte de la pelea de todos los trabajadores de España contra el ajuste capitalista de Rajoy y las grandes empresas. Es la pelea de aquellos que no soportan más una “monarquía” imperial y pelean por la República, de aquellos que se levantan contra la “ley mordaza” y quieren que se juzguen los crímenes del franquismo que el actual régimen español encubre.
Defender el derecho de los catalanes, apoyar su decisión, es parte de la lucha de todos los pueblos de Europa que pelean contra el ajuste y las reformas anti obreras impulsadas desde el Banco Central europeo, sus multinacionales y la dirección de la Unión Europea. Los que se han pronunciado sin fisuras por el bando de Rajoy y la “legalidad” española y europea, contra el más elemental derecho democrático de un pueblo que reclama su autodeterminación.
La causa de la revolución catalana es en definitiva una pelea de todos los pueblos del mundo que luchan contra la barbarie de este sistema capitalista imperialista en decadencia y los regímenes políticos con los que gobierna, los que aun cuando se disfracen con ropajes democráticos, muestran su esencia represiva y anti democrática cuando los intereses de las multinacionales y de su poder bonapartista son cuestionados.
Es por eso que llamamos a movilizar en apoyo del pueblo catalán, defendiendo su derecho a la autodeterminación y a su independencia, contra la represión de Rajoy y la aplicación del anti democrático art 155.
Hacemos este llamado a los trabajadores y los pueblos a movilizarse en todo el mundo. Llamamos a todos aquellos que estén por defender los derechos democráticos del pueblo catalán, que repudien el nuevo golpe de estado de Rajoy y su amenaza represiva. Llamamos a exigir a todos los gobiernos el reconocimiento inmediato de la República de Cataluña.
Estamos convencidos de la necesidad de consolidar la independencia de Cataluña concretando el llamado a una Asamblea Constituyente libre y soberana que ademas de poner en pie la nueva República y llevar adelante todas las medidas democráticas que la Constitución franquista del 78 ha impedido, discuta y resuelva una batería de medidas anticapitalistas inmediatas para solucionar los problemas mas urgentes del pueblo trabajador. Y alentamos a seguir el mismo camino a los trabajadores y sectores populares del resto de España. Lo hacemos desde la perspectiva Socialista que defendemos para Cataluña y para toda España, convencidos que la necesaria unidad de los trabajadores llegara de la mano de una Federación Libre de Repúblicas Socialistas Ibéricas.
Al mismo tiempo llamamos a la más amplia unidad de acción para generar una gran movilización a nivel mundial de apoyo y defensa de Cataluña independiente.Porque somos conscientes que en Cataluña se juega algo más que su derecho a la independencia. Su epopeya es hoy la vanguardia de la lucha de los pueblos del mundo que pelean por su libertad contra la opresión y la barbarie imperial. Contra aquellos que descargan sus bombas impiadosas sobre los cuerpos de niños y víctimas inocentes en Siria u otros países donde quieren asegurar su dominación. Contra aquellos que alientan la xenofobia y el racismo, la profundización del patriarcado y la depredación ambiental. Contra aquellos que el sacrosanto interés de las ganancias de las multinacionales es más importante que los más elementales derechos de los trabajadores y los pueblos, de la vida misma en el planeta.
Por eso que la pelea catalana, es para nosotros, una pelea de toda la humanidad.
29 de Octubre de 2017
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