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La ministra Bullrich, firmó una resolución que se publicó hoy en el boletín oficial que reglamenta la utilización de armas de fuego por parte de las fuerzas de seguridad nacionales. Esta reglamentación implica un aval al gatillo fácil y la represión, usando fuerza letal, para quienes vienen haciendo uso ilegal de ese derecho desde hace años. Los casos del policía Chocobar o el agente del grupo Albatros de prefectura que asesinó a Rafael Nahuel serían “legalizados” por esta medida.

El actual gobierno ostenta el récord de una persona asesinada por día por fuerzas de seguridad del Estado. Esta resolución viene a profundizar estas violentas estadísticas y a darle licencia para matar a sectores que lejos de ser la solución al “delito” son parte del crimen organizado y las mafias.

Este “mimo” a las fuerzas represivas no llega en cualquier momento, sino luego de que el G20 funcionara en nuestro país y sirviera como impulso a la política de ajuste y entrega del gobierno de Macri, política que difícilmente podría llevarse adelante sin complicidades políticas del PJ y la burocracia y sin un despliegue represivo que va en ascenso.

Es una gran mentira que se trate de una herramienta contra la delincuencia, las estadísticas de asesinatos por parte de las fuerzas represivas no paran de crecer y sin embargo eso no detiene las estadísticas delictivas, ligadas esencialmente a la aplicación de un modelo económico y social que expulsa a millones de personas a los margenes de la sociedad, generando así las condiciones materiales para el aumento de la criminalidad.

El gobierno busca quitarle “presiones” legales a las fuerzas porque tiene claro de que va a necesitar que actúen cada día más, lo muestra con claridad el caso de Francia, donde las revueltas sociales ante las medidas de ajuste del gobierno se han transformado en una insurrección.

Lejos de darle cada día mas permisos, lo que necesitamos es realizar una depuración a fondo de las fuerzas represivas, sacando todos los elementos relacionados con la represión ilegal, los delitos y las mafias. Luego generar mecanismos de control social de las mismas, como la elección por voto directo de comisarios y superiores, la posibilidad de agremiarse y la revocatoria de mandatos.

Ese control social tiene que sumar la participación vecinal y gremial de las políticas de seguridad, dando cuenta ante la población de manera regular y por supuesto rindiendo cuentas.

Estas medidas deben darse en el marco de políticas económicas y sociales que ataquen los problemas que generan el delito y la inseguridad. De lo contrario, las medidas represivas de cualquier tipo serán siempre ineficaces.

Bullrich desarrolla una peligrosa demagogia para los sectores sociales que, muchas veces cansados de sufrir hechos de violencia o inseguridad, muchas veces agitados por la propaganda de los medios masivos, buscan en la respuesta represiva una solución mágica y urgente y se transforman en terreno fértil para las ideas represivas.

En el caso Chocobar en particular, la ministra fue desacreditada por la justicia que avanzó en procesar a Chocobar e incluso desoyendo la legislación y los fallos judiciales, Bullrich, decide avanzar con esta nefasta resolución.

Ademas de ella, fortalece una serie de instituciones fundamentales como herramienta para la aplicación de sus planes económicos que son anti populares y están centrados en el saqueo, la perdida de derechos y la condena a la marginalidad para millones.

Pero mientras la Ministra se endurece con los de abajo, el gobierno del que es parte ha endeudado al país por 300 mil millones de dolares, generado miles de despidos, cierres de empresas y caída del salario real, también hay un proceso de recesión económica que se sostiene desde hace meses y no tiene vistos de mejorar en el futuro próximo. Un puñado de los sectores más ricos han multiplicado sus ganancias y saltaron los indices de desigualdad social, que indican que cada día son menos los que acumulan obscenas cantidades de dinero mientras las mayorías obtienen cada día una parte menor de la torta.

El enfrentamiento a sus políticas anti democráticas y represivas nos encontraran en primera linea como así también la pelea por un plan económico alternativo, construyendo unidad en las luchas para conseguirlo.


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