25/08/10
La votación del 82% para las jubilaciones mínimas que se realizó el 19 de agosto en diputados y lo que dejó en evidencia el debate que se generó en el recinto, fueron un duro golpe al gobierno. Desde Olivos ya informaron que tratarán por todos los medios que no se vote lo mismo en el Senado y, de fracasar, ya tendrían decidido el veto de Cristina. Tanto ensañamiento con los jubilados no se debe en absoluto a falta de dinero. Por un lado se debe a la decisión de gastar la plata en seguir pagando la deuda externa y en la parafernalia de su propia campaña electoral y, por el otro lado se debe a la negativa a recaudar más tocando los intereses de los grandes grupos económicos; por ejemplo, restableciendo los aportes patronales que en su momento Menem eliminó. El costo político que está pagando el kirchnerismo con este tema tan sentido por la población, independientemente del oportunismo que motoriza a la oposición del grupo A, demuestra que es cuando se los corre por izquierda cuando más queda en evidencia que de progresistas, no tienen absolutamente nada.
En un intento por retomar la ofensiva, y de paso desviar la atención de los magros haberes jubilatorios que defiende, así como del nuevo escenario que se le presenta al no poder prorrogar las facultades extraordinarias que desde hace años le cedió el Congreso, el gobierno sacó de la galera un nuevo ataque contra sus anteriores amigos del multimedios Clarín. Sin embargo, el tiro aparenta haberle salido por la culata. El anuncio del cierre de Fibertel, provocó el descontento y la incertidumbre de los millones de usuarios que se abastecían de Internet por intermedio de esta empresa. He hizo que rápidamente quedara en evidencia que esta medida lejos de permitir la tan promocionada “democratización” de los medios, provocará la concentración oligopólica en manos de las telefónicas ya que serán estas multinacionales las que terminarán dominando el mercado. Algo similar terminaría pasando con Papel Prensa si se avanzara en el mismo sentido. Una vez más, los hechos desenmascaran el doble discurso kirchnerista, mostrando que de nacional o popular no tiene nada.
En la misma semana que pasó todo esto, Kirchner apareció en diversos actos junto a la cúpula de la CGT. Primero se lo vio en el Luna Park para ungir al hijo menor de Moyano al frente de la Juventud Sindical. Recordemos que el otro hijo está al frente del gremio de Camioneros que heredó de su padre. Al otro día, en La Plata, acompañó la proclamación de Hugo como Presidente del Partido Justicialista de la Provincia de Buenos Aires. El peso creciente de la familia Moyano y la CGT en la estructura orgánica del PJ, refleja el rol que viene jugando la burocracia sindical como sostenedor del gobierno kirchnersita. Los “supuestos” defensores de los derechos humanos no se ponen ni colorados por trabajar con gente que, como está sobradamente comprobado, fue parte de la triple A de Isabel y López Rega. Tampoco parece tener ningún prurito de ligarse a Moyano y la CGT el sector de la CTA que lidera Yasky. Aparentemente los une la defensa del proyecto del gobierno o el rumbo, como les gusta decir para evitar una definición que no deje lugar a dudas. En realidad, también los une la defensa de un modelo sindical que nada tiene que ver con la democracia sindical ni con la independencia en relación al gobierno y el estado. Unos y otros, cada uno desde su rol, vienen dejando solos a los trabajadores que supuestamente representan, frente a los ataques de las patronales y el gobierno.
Junto a todo esto un elemento central a tener en cuenta es el desastre en el que se encuentra la oposición burguesa. Macri en medio de la debacle por las escuchas, Carrió rompiendo con el Acuerdo Cívico y Social, el resto en veremos. Incapaces por el momento de agruparse alrededor de uno o dos proyectos alternativos serios y de mediano alcance, cada día que pasa se desgarran en disputas donde el personalismo juega roles determinantes. Demostrando que todavía tiene un peso enorme la crisis del régimen que se abrió en el 2001. Y al mismo tiempo, dejando en evidencia que existe un espacio inmenso, fundamentalmente a izquierda del gobierno, para construir una verdadera alternativa de cambio.
Frente a la situación que atravesamos varias son las tareas inmediatas que tenemos por delante. En primer lugar apoyar a los que luchan para que triunfen, comenzando por rodear de solidaridad a los obreros de Paraná Metal contra el cierre de su fuente de trabajo, a los trabajadores del Hospital Italiano, de la sanidad, a los docentes y estatales por aumentos de salarios, a los estudiantes de los colegios secundarios de la Capital por mejores condiciones edilicias y contra las persecuciones, etc. En segundo lugar, todos los luchadores antiburocráticos necesitamos fortalecer en las elecciones de CTERA la alternativa de dirección que representa la LILA, para lo cual debemos desplegar una fuerte campaña durante los días que quedan hasta la elección y hacer lo mismo en la CTA, donde fruto de la confluencia de distintos sectores hemos podido conformar la Lista 1 para pelear por una central democrática y de lucha. Por último, aunque no menos importante, todos aquellos que aspiramos a un cambio de fondo en nuestro país, tenemos por delante el desafío y la necesidad de poner en pie una alternativa política lo más amplia y unitaria posible, para lo cual se impone realizar todos los esfuerzos que estén a nuestro alcance.
Invitamos a todos los compañeros con los que venimos trabajando en común a sumarse a nuestra organización para que cada día seamos más los que de manera conciente ayudemos a construir una Argentina y un mundo mejor.