07/09/10
En estos días el gobierno “nacional y popular” ha vuelto a trabar por enésima vez el proyecto de ley de protección a los glaciares. No se puede negar que los gobernadores kirchneristas que trabajan a sueldo de la corporación minera Barrick Gold son eficientes a la hora de hacer lobby en el congreso. Otras empresas multinacionales que todavía no deben poder creer hasta donde puede llegar el “progresismo” de este gobierno son las telefónicas, únicas beneficiarias de la eliminación de Fibertel. La misma alegría deben tener los dueños de los medios amigos del gobierno ya que todos los días deben soñar con suplantar al multimedios Clarín por otro que los tenga a ellos como propietarios. De estas y otras medidas que viene aplicando el kirchnerismo los únicos perjudicados, como siempre, serán los trabajadores y el pueblo. Las mineras se enriquecen a costa de la contaminación y destrucción de valiosísimos recursos naturales no renovables. De prosperar, la desaparición de Fibertel dejara en la calle a sus trabajadores y condenará a millones de usuarios a tener que contratar servicios deficitarios o directamente a quedarse sin Internet ya que actualmente no existen condiciones técnicas para absorberlos por parte de las telefónicas.
El kirchnerismo, que quedó golpeado por la derrota legislativa y entre la población al enfrentar el 82% para los jubilados, como tantas otras veces pretendió contraatacar con la cancelación de la licencia de Fibertel y la denuncia contra Clarín y Nación por Papel Prensa. Pero esta vez el tiro le salió por la culata. Gran parte de los millones de usuarios de Internet afectados, se sintió agredida por el gobierno. El tema Papel Prensa, por los distintos dimes y diretes de la familia Graiver, se transformó en un enredo para el gobierno y llevó más confusión que claridad a la opinión pública. Como la oposición burguesa del grupo A sigue respondiendo con posturas de derecha a cada uno de estos hechos no logra capitalizar las desventuras del gobierno. En todo el sainete con Clarín salió a defender a Magneto y sus propiedades, negándose siquiera a que se investiguen las denuncias sobre las complicidades con la dictadura. Mientras tanto siguen las peleas intestinas motivadas por lugares en las listas más que por diferencias de proyectos.
El desgaste del gobierno y las falencias estructurales de la oposición dejan un espacio enorme para construir una verdadera alternativa a los viejos partidos. En este camino es fundamental intervenir en cada uno de los debates políticos levantando las propuestas de fondo que se necesitan, polemizando tanto con las del gobierno como con las de la oposición. Nosotros estamos a favor de sancionar a Clarín por las irregularidades que viene cometiendo y quitarle la licencia de Fibertel, pero estamos en contra de perjudicar a los trabajadores y usuarios para beneficiar a las Telefónicas. Estamos por la nacionalización de Fibertel bajo control de sus trabajadores y las organizaciones de los usuarios en el camino de socializar gratuitamente Internet entre toda la población. También estamos a favor de terminar con el monopolio de Clarín y La Nación sobre la producción de papel. Pero también nos oponemos a la monopolización del mismo por parte del gobierno u otro monopolio. Defendemos el derecho de todas las organizaciones populares a tener acceso barato al papel para poder expresarse libremente. Para lo cual hay que avanzar en el mismo sentido que el que proponemos para Internet.
También es imprescindible apoyar para que triunfen las luchas que recorren nuestro país. En estos días dos de ellas se están transformando en todo un símbolo: la de los estudiantes que reclaman más presupuesto e infraestructura en la Capital y los trabajadores de Paraná Metal que movilizándose y cortando rutas defienden su fuente de trabajo. Todos los luchadores tenemos que rodear de solidaridad a estas y a todas las luchas. Porque si ganan todos estaremos más fuertes para pelear por aumentos de salarios, el 82% móvil y más presupuesto para salud y educación.
Pero junto con todo esto, si queremos construir una alternativa con peso de masas y no algo meramente testimonial, es fundamental que tengamos orientaciones correctas para disputar la dirección sindical a la burocracia y la dirección política a los partidos de la burguesía. Para lo cual hay que romper con todo tipo de sectarismo y oportunismo. No se puede avanzar en construir una nueva dirección sin intervenir con una política unitaria en el gremio docente, como la que tuvo la lista Lila de la cual fuimos parte. De la misma forma que no se puede intervenir en la elección de la CTA de forma marginal y sin tomar en cuenta que la crisis de la dirección histórica de la central y la ofensiva del kirchnerismo abren una oportunidad sin precedentes para que los clasistas comiencen a influir en este organismo de masas. Algunos grupos acaban de pagar carísimo su sectarismo en el sector docente y lo van a pagar también en la elección de la CTA, marginándose de un proceso que abarca una franja del movimiento obrero.
En el terreno político hoy por hoy no se puede avanzar en plantearse la construcción de una alternativa real sin tener una política y orientación hacia la corriente que desde una ubicación a la izquierda tanto del gobierno como de la oposición burguesa, mejor posicionada está frente al movimiento de masas: Proyecto Sur. El sectarismo es sin lugar a dudas la otra cara del oportunismo; ya que los sectarios siempre terminan fortaleciendo a los que dicen combatir, en este caso a las distintas variantes que la burguesía intenta poner en pie para garantizarse su dominación. La política de los revolucionarios no tiene nada que ver con el sectarismo. Por eso estamos explorando las posibilidades de una confluencia con los compañeros de Proyecto Sur. No es un proceso sencillo ni está asegurado de antemano un resultado positivo. Pero estamos convencidos de la necesidad de hacer los máximos esfuerzos que estén a nuestro alcance, ya que de lograrse un empalme implicaría un avance para todo el movimiento obrero y popular.
