Más allá de los matices o diferencias políticas que pueda llegar a tener con el ex presidente Salvador Allende, reconozco y reivindico el valor de una persona que vivió y murió fiel a sus ideas. Para mí, la gente que es capaz de dar su vida por lo que piensa entra en la categoría de los grandes hombres de la historia. Creo realmente en la gente que pone el pecho por sus ideales. Me sumo a este homenaje y también al del pueblo chileno, porque la experiencia de ese momento ha sido muy importante para sacar conclusiones para las generaciones futuras. Cada experiencia de cambios profundos sirve para encarar debates hacia adelante. Acá se mencionó, por ejemplo, la experiencia cubana. La experiencia chilena muestra que, si para provocar cambios de fondo uno no se prepara para enfrentar la bestialidad con que el imperialismo responde, es muy difícil terminar logrando dichos cambios. En ese sentido reivindico la experiencia cubana, porque para cambios revolucionarios hace falta precisamente una movilización revolucionaria. La experiencia pacífica que se intentó terminó en un baño de sangre. El debate de aquellos años, sobre si había que darle las armas al pueblo chileno y la posibilidad de defenderse para enfrentar la bestialidad que el imperialismo preparaba, y la ingenuidad de que no dando eso se iba a evitar un baño de sangre, quedó salvada por la historia. No se le dio las armas al pueblo e igual hubo un baño de sangre, que impuso esa dictadura salvaje que todavía sigue impune hasta hoy. Esta es una diferencia muy importante con el proceso argentino. En Chile, desde la propia dictadura se condujo la transición a la democracia y se garantizó la impunidad que hizo que, por ejemplo, el genocida mayor muriera con cargos vitalicios que él mismo se había autoimpuesto. Hay una segunda conclusión importante. El golpe chileno y todos los golpes que se dieron en Latinoamérica en aquel momento fueron al servicio de imponer un modelo en el que las corporaciones pudieran seguir explotando los recursos. Después, todas las dictaduras que siguieron en la región tenían como objetivo permitirles a las corporaciones hacer lo que quisieran con nuestros pueblos. Lamentablemente, hasta el día de hoy esas mismas corporaciones siguen haciendo lo que quieren en nuestro país. Hace poco tiempo hubo otro golpe en Paraguay. Es vox populi que ese golpe se orquestó desde los mismos lugares donde se orquestaban los golpes en la década del ´70, desde las mismas embajadas, pero también de una corporación llamada Monsanto, que trabaja en la Argentina y hace lobby para que se apruebe una ley de semillas… Por eso, reivindicar a Allende y a su lucha también implica seguir manteniendo alto los ideales y peleando contra los mismos intereses que provocaron ese golpe. Hay una relación con la actualidad, porque ese golpe impuso un modelo que en mucho sigue vigente y permanentemente hay que trabajar para terminarlo. De lo contrario, se llevarán puestas a más generaciones de Latinoamérica. Por eso homenajeo a la persona, pero también cuando se hace un homenaje al pasado tenemos que discutir la relación con el presente y tratar de ser consecuentes con lo que decimos homenajear del pasado.
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