Ayer miércoles 12, la cúpula cegetista terminó acordando con el ministro de Trabajo y el gobierno nacional de los CEO “postergar sin fecha” el paro general con el que venían amagando. Lo entregó todo por dos pesos, literalmente.
Un bono de fin de año de apenas mil pesos para estatales, jubilados y beneficiarios de planes sociales, un tope de Ganancias de $ 55.000 para el aguinaldo y una reunión con los sectores empresarios durante la semana próxima fueron las pocas migajas que al gobierno macrista le bastaron para que la conducción de la CGT “unificada” entierre sin pena ni gloria el paro general tan reclamado desde las bases.
Si en mayo la CGT ya había dejado pasar el veto de Mauricio Macri a la ley anti-despidos, ahora directamente se transforma en cómplice de la continuidad de los despidos en el sector público y privado, así como de la negativa oficial a reabrir las negociaciones paritarias frente a una inflación que día a día se come el poder adquisitivo de los salarios.
El gobierno sale chocho, entonces, porque se aleja el fantasma del paro. Las corporaciones y grandes patronales también, para seguir explotando. Y todo este pacto antiobrero y antipopular cuenta asimismo con la bendición de la Iglesia Católica, que se muestra “muy preocupada” por la pobreza pero a la hora de los bifes prefiere resguardar la “paz social”, es decir la gobernabilidad capitalista. Gobernabilidad que, dicho sea de paso, está al servicio de seguir entregando nuestros recursos, aumentando el endeudamiento externo y reinstalando el “monitoreo” del FMI, de triste memoria.
Ante esta agachada sin vergüenza por parte de la burocracia sindical, que defiende su “caja” de las obras sociales y sus privilegios pero jamás al trabajador de a pie, vamos a convocar a toda la izquierda y a los sectores gremiales combativos para preparar juntos una medida de fuerza de alcance nacional en defensa de los salarios, contra los despidos y el ajuste.
No obstante el desafío de la coyuntura, hoy está planteada otra tarea más a mediano plazo. Porque si Macri puede avanzar con su ajuste es gracias a la complicidad del PJ y demás falsos opositores que le aprueban sus leyes y, sobre todo, a la de la burocracia sindical. Junto a impulsar una nueva alternativa política, es necesario desplazar de una vez a esa vieja casta burocrática para instaurar un nuevo modelo sindical, sin dirigentes ricos y trabajadores pobres, con democracia y asambleas para que las bases decidan. En ese camino de lucha, desde la Corriente Sindical del MST-Nueva Izquierda seguimos impulsando a los delegados opositores y a listas combativas, que desde abajo vienen ganando terreno en todo el país.
Alejandro Bodart, dirigente del MST-Nueva Izquierda