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13/04/11

La noticia de que Pino podría reveer su candidatura presidencial y postularse a Jefe de Gobierno porteño provocó una conmoción política. El macrismo y el kirchnerismo, que se veían como los únicos protagonistas con chances de disputar la Capital, comenzaron a temblar ya que Pino podría arruinarles la fiesta nada menos que en la vidriera del país. Al interior de Movimiento Proyecto Sur se disparó una polémica muy interesante sobre este tema, que se suma a otras que ya estaban en pleno desarrollo. Y como era lógico de esperar, se ha generado una enorme expectativa sobre cuál será finalmente la decisión entre los millones de simpatizantes de Pino y el Movimiento a nivel nacional.

Siendo éste un debate de enorme importancia, consideramos fundamental no perder de vista que estamos discutiendo una cuestión esencialmente táctica. Tanto Pino en su carácter de máximo referente del espacio, como la mayoría de los compañeros que componemos la Mesa Ejecutiva Nacional del Movimiento, seguimos estando convencidos de que el proyecto a construir es nacional y tiene como norte estratégico la disputa por el gobierno central. Lo que se está debatiendo es cual es el mejor camino para alcanzar dicho objetivo. Por esta consideración previa nosotros vamos a encarar esta discusión sin ningún tipo de preconcepto, abiertos a escuchar y procesar los distintos argumentos a favor y en contra de cada postura, ya que estamos convencidos que solo un debate colectivo real nos permitirá tomar la decisión que hoy consideremos más correcta. Y algo que es cualitativamente más importante: solo actuando de esta forma iremos desarrollando al interior del movimiento lazos cada vez mas sólidos de confianza, que es la argamasa indispensable para consolidar un proyecto de la magnitud que este tiene.

Todos los caminos conducen a Roma

Para nuestra fuerza, los motivos que nos llevaron a apoyar el lanzamiento de la candidatura de Pino a la presidencia de la Nación en el multitudinario acto del 7 de diciembre del año pasado siguen estando presentes. Aunque nunca descartamos que algún cambio brusco en la situación política del país pudiera permitirnos que Pino llegara a la segunda vuelta, siempre consideramos esta variante como la menos probable. De lo que estábamos y seguimos estando convencidos es que con Pino como candidato a presidente es posible salir de las elecciones como la fuerza política nacional más dinámica del país, con un piso del orden del 10% de los votos. Con miles de compañeros organizados a lo largo y ancho del país. Algo que significaría un logro extraordinario, porque permitiría hacer visible ante millones que es posible construir una gran fuerza de carácter emancipatorio y alternativa al viejo y nefasto bipartidismo. Y esto nos dejaría en inmejorables condiciones para crecer organizativa y electoralmente en el 2013 y disputar el gobierno en el 2015.
Lo que motiva el debate actual es el adelantamiento para el 10 de julio de la elección a Jefe de Gobierno en la Ciudad de Buenos Aires. Sin Pino como candidato en Capital es un hecho que será prácticamente imposible repetir el 24,5% que se logró en el 2009 y disputar con alguna chance la jefatura de gobierno. E incluso no podemos descartar que un posible escenario de polarización entre el macrismo y el kirchnerismo nos condene a un resultado muy pobre. Que a su vez podría actuar de manera negativa sobre nuestra campaña presidencial por ser Capital el distrito más fuerte del Movimiento.
Es una realidad grande como una casa que en Capital todo sería distinto si Pino fuera como candidato a Jefe de Gobierno. Aunque nada está asegurado de antemano, existiría la posibilidad cierta de relegar al kirchnerismo, llegar al ballotage con el macrismo y derrotarlos en una segunda vuelta. De lograrse, un triunfo de esta magnitud tendría un impacto descomunal y podría ser una locomotora para empujar a la fórmula presidencial que finalmente llevará el Movimiento. Serviría para motivar a la militancia y ayudar a dar un gran salto organizativo a nivel nacional. Nos podría permitir, independientemente del resultado en octubre, quedar ubicados como la fuerza de oposición más dinámica y seguir en carrera de cara al 2013 y 2015.
Lo que hace difícil optar por una alternativa y descartar completamente la otra es que las dos pueden permitirnos avanzar en el camino que nos hemos trazado desde un principio. Al mismo tiempo tenemos que ser conscientes que ambas tienen riesgos. Si Pino va por la presidencia y el 10 de junio tenemos un mal resultado en Capital es posible que recibamos un golpe que nos debilite en la campaña. Y si finalmente fuera por Capital y quedáramos terceros nos ocasionaría un retroceso grande, que tendríamos que asumir con una fórmula presidencial mucho más débil. Porque algo que no esta en discusión es que en cualquier escenario Movimiento Proyecto Sur presentará sus propios candidatos a presidente y a los demás cargos en disputa.
Como se podrá apreciar, el debate planteado no será sencillo y sea cual sea la decisión que finalmente tome el Movimiento no estará exenta de riesgos. Tampoco de grandes posibilidades de éxito. Lo importante y la única garantía de que pase lo que pase podremos seguir adelante y de manera entusiasta con este proyecto es que podamos desarrollar esta polémica de manera democrática, buscando los consensos que sean necesarios. La reunión nacional que ya convocó Proyecto Sur y las instancias que también están en marcha en nuestro partido y en otras fuerzas, así como las próximas reuniones de los organismos de conducción y el Congreso de todo el espacio que tendrá lugar a fin de mes, son expresiones de que metodológicamente estamos bien rumbeados.

Nada con el bipartidismo

Además de cuál es el mejor lugar para que juegue Pino hay otras polémicas a tener en cuenta. Todas relacionadas entre sí. Una es la que se viene teniendo con el Partido Socialista y el GEN de Margarita Stolbizer en relación a la UCR. Pino y la mayoría de las corrientes que conformamos el movimiento tenemos una definición categórica contra cualquier tipo de “alianza” con la UCR o el PJ y por eso son muy pocas las expectativas de llegar a un entendimiento con estas fuerzas como el que se logró en Córdoba con Luis Juez. Sin embargo, hay algunos compañeros del espacio que en relación a este tema tienen posiciones confusas que es necesario clarificar. Otro tema en danza es sobre el carácter del Movimiento Proyecto Sur. Mayoritariamente lo hemos concebido como un proyecto que va mucho más allá de las elecciones, aunque hay un par de corrientes que lo ubican como meramente táctico y electoral. Esta mirada corta agrega dificultades extras a cada discusión que la realidad nos va poniendo por delante. Afortunadamente, como contrapartida de todo esto, ha comenzado a desarrollarse un proceso de síntesis, lento pero fructífero, entre sectores que aunque provenimos de distintas tradiciones estamos encontrando que nos unen no solo definiciones políticas fundamentales, sino también procedimientos y cuestiones estratégicas. Esto hace mucho más fácil llegar a acuerdos cuando se debaten cuestiones tácticas como la que hoy estamos discutiendo junto a toda la militancia.

Bodart, Tumini, Argumedo, Lozano, Pino, Brunati, De Gennaro y Mazzitelli en la última reunión de la Mesa Nacional del Movimiento Proyecto Sur

 


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