Tal como se venía anticipando hasta en editoriales de diarios conservadores como La Nación, en la Legislatura porteña se concretó el canje de leyes por cargos. Con evidente costo político y aunque no en su totalidad, buena parte del paquete macrista de leyes de ajuste y entrega resultó aprobado. Hacemos aquí una síntesis del intercambio que involucró al PRO, al Frente para la Victoria, a UNEN y otros bloques menores.
El Presupuesto 2014 de Mauricio Macri, que recorta las partidas para la salud, la educación, la vivienda y otras áreas sociales en beneficio de los negocios privados, y que convalida el aumentazo de ABL, logró ser votado gracias a las abstenciones de diputados de UNEN. Si ellos hubieran votado en contra, dicho Presupuesto directamente no pasaba.
Varias leyes malas
Por ejemplo se van a instalar parquímetros en media Ciudad de Buenos Aires, que castigarán el bolsillo popular. Se autorizó otro endeudamiento público por 400 millones de dólares, que también recaerá sobre los vecinos. Y se creó un “distrito del deporte” con nuevas exenciones fiscales a empresas.
Un párrafo aparte merece la aprobación del nuevo convenio entre Lotería Nacional, el gobierno porteño y el zar kirchnerista del juego Cristóbal López, dueño del casino del Hipódromo y los dos barcos-casino que funcionan en el puerto: a cambio de subirle un poco el mísero canon que debe pagar se le condona toda deuda anterior y futura por el Impuesto a los Ingresos Brutos. Una barbaridad completa.
Como todo el paquete pactado era demasiado chocante, en la última sesión del año tuvieron que encubrirlo con leyes de pretendido republicanismo, democracia y transparencia. Una de ellas fue la ley de PASO y boleta única, que significa una injerencia del Estado en los partidos políticos, impone un piso restrictivo para perjudicar a las fuerzas emergentes y adopta el modelo de boleta cordobés en vez del santafesino, que es por categoría y genera menos confusión.
La otra ley para “envolver” el paquete es la de ética pública, que repite declaraciones juradas e incompatibilidades ya vigentes. “Es un saludo a la bandera”, dijo nuestro diputado Alejandro Bodart: “Verdadera ética pública sería que los diputados y gobernantes ganen igual que un docente, tengan que educar a sus hijos en la escuela pública y atenderse en el hospital público, y sean revocados de sus cargos si incumplen sus promesas electorales.”
Bodart intervino en todos y cada uno de los debates, refutando las leyes del pacto y denunciando en forma consecuente el canje de votos por cargos. En la web alejandrobodart.com.ar nuestros lectores podrán ver y escuchar sus intervenciones y leer sus contrapropuestas sobre los distintos temas en danza.
¿Qué Defensoría del Pueblo?
Como estaba previsto, en la sesión especial del lunes 9 los diputados “opositores” cuyos votos fueron más funcionales al PRO terminaron premiados con cargos por cinco años en la Defensoría del Pueblo de la Ciudad. Desde hacía semanas, sus nombres no eran ningún secreto: Alejandro Amor (K), Claudio Presman (UCR) y María América González (Buenos Aires para Todos). Dicho sea de paso, este último y vergonzoso caso abrió una crisis política en el partido que lidera Claudio Lozano.
Con ellos tres, y tres representantes directos del PRO -incluidos dos diputados salientes-, no es difícil imaginar qué rol va a jugar ese organismo de control, que debería defender al pueblo de las acciones u omisiones del gobierno porteño y de las empresas de servicios públicos…
Los diputados Bodart, Pablo Bergel y Jorge Selser defendieron una propuesta alternativa para designar defensores a los compañeros Eugenio Semino, Vilma Ripoll, Eduardo Fachal, Fernanda Gil Lozano, Federico Tonarelli y Gustavo Desplats. El pacto obviamente ganó, pero al menos quedó claro que a la defensoría de los cargos y las corporaciones se le opuso un criterio de verdadera Defensoría del Pueblo.
A su vez, los tres cargos en el Ministerio Público Fiscal fueron para dos representantes del PRO y uno de los K. En el Ente Regulador de la Ciudad fue designado el diputado saliente Julio Raffo (UNEN). Y todo por el estilo…
No todo lo que querían
Pese a la relativa solidez de los acuerdos PRO-K-UNEN, el oficialismo no logró imponer todas las leyes que pretendía. Es así que quedaron en el tintero no solamente el shopping de IRSA en Caballito, el desmantelamiento de la inspección laboral y la “evaluación educativa” contra los docentes (ver nota pág. 5), sino también la instalación de la Fundación McDonald’s en el Hospital de Niños, el pseudo Presupuesto Participativo y la criminalización de los trapitos y motoqueros. Además, el llamado Plan Maestro de la Comuna 8 quedó menos perjudicial de lo que era el proyecto original.
Si bien el pacto PRO-K-UNEN funcionó, a los bloques involucrados nada les resultó políticamente gratuito e incluso algunas malas leyes pudieron ser frenadas. Desde el MST-Nueva Izquierda, entonces, llamamos a los luchadores a sacar las conclusiones políticas del caso y a redoblar las fuerzas para proseguir las batallas que se vienen.
Pablo Vasco