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BodartMSTTras el paro nacional del 10 de abril y los debates que de allí surgen, entrevistamos a Alejandro Bodart, diputado y secretario general del MST para conversar sobre estos temas y en especial sobre un punto crucial: qué alternativa política construir desde la izquierda para ser opción de gobierno.

Alejandro, ¿cómo ves el país después del fuerte paro nacional?

Primero, es evidente que el paro fue muy fuerte, reflejando un alto grado de bronca y descontento. Desde el gobierno hicieron de todo para evitarlo, pero no pudieron. La realidad entró por todos lados y el paro se hizo sentir, lo que confirma que el proyecto del kirchnerismo está en baja y cada vez más alejado de las mayorías populares. Y eso que a nuestro a modo de ver el paro fue a destiempo, porque hacía falta antes, por ejemplo en medio de la lucha docente para ayudar a los maestros.
La burocracia sindical lo demoró equivocadamente, pero igual cuando al final se convocó se hizo sentir. Y eso coloca mejores condiciones hoy para que los trabajadores peleen por salario y otros derechos, porque queda más débil el gobierno nacional y también los provinciales. También el paro mostró el avance de la izquierda, que garantizó el paro activo contra la opinión de las centrales. Pero igual lo pudimos hacer y jugar un rol que fue notorio.

Pero al criticar a Moyano y Barrionuevo, el kirchnerismo reabrió un debate sobre los dirigentes sindicales. ¿Qué opinás al respecto?

Desde ya que existe un debate importante sobre este modelo sindical que no va más, debate que no impulsó el kirchnerismo -por más que ahora lo haya agitado para debilitar el paro- sino la izquierda sindical. Nosotros siempre fuimos y somos muy críticos de esos dirigentes enquistados hace décadas, casi eternos, millonarios, corruptos y con gremios donde se persigue a las oposiciones. En nuestro país, es una deuda pendiente cambiar ese modelo sindical. De hecho, nosotros no tenemos nada que ver con el modelo de Barrionuevo o de Moyano ni tampoco con sus posiciones políticas, aunque eso no impide que paremos juntos contra el ajuste. Así ha sido la historia de los paros generales: siempre fueron convocados por sectores gremiales disímiles.
Por eso cuando escucho a los funcionarios kirchneristas dan vergüenza ajena. Ellos han estado años con Moyano y ahora están con Viviani, Gerardo Martínez o Caló, que son todos parte del mismo modelo. Por eso no se trata de si son dirigentes gremiales oficialistas u opositores. Todos ellos representan lo viejo y hay que construir otro modelo sindical bajo tres premisas claras: independencia del Estado, las patronales y los gobiernos; democracia para que las bases decidan y representación de las minorías para garantizar pluralidad. A eso sumale que los dirigentes gremiales vuelvan a trabajar, sean revocables y ganen lo mismo que un trabajador.

Bueno, también los candidatos de la oposición patronal salieron a criticar el paro y los piquetes…

Claro, porque ninguno de esos sectores políticos apoya los reclamos obreros y populares. Y si fueran gobierno, pretenderían aplicar planes de ajuste similares al actual o peores. Por eso, preventivamente, se tiran contra los paros y los piquetes. Les asusta un país donde haya mucha lucha y movilización. Así son los candidatos del pejotismo y también de esa nueva Alianza que representa los intereses de grandes sectores empresariales. Defienden los mismos intereses que el gobierno nacional, que habla mucho pero le regala millones a Repsol, vuelve al FMI, asciende a Milani y lanza una ley anti-piquetes para reprimir los reclamos sociales.

Por lo que decís, tenés una visión muy crítica del nacimiento del Frente Amplio UNEN.

Por supuesto. Es una expresión heterogénea que actúa a favor de reconstruir el bipartidismo, de darle oxígeno a la vieja UCR. Hay dirigentes que venían de otras experiencias, como Pino Solanas o Juez, pero que al integrar este espacio abandonan lo que dijeron durante muchos años contra el bipartidismo. Ni siquiera se lo puede llamar un frente de centroizquierda, porque la verdad están ubicados más hacia el centro. No es casual que su debate central sea si con Macri sí o con Macri no. Sólo quienes están muy ubicados hacia el centro o centroderecha pueden abrir la posibilidad de aliarse con Macri y el PRO.

Ahora bien, si todos los sectores que vos decís son parte del pasado, ¿qué sería lo nuevo?

No tengo dudas de que lo nuevo viene desde la izquierda. Todos los demás ya han gobernado, con consecuencias trágicas para el país. Y lo que se quiere reciclar del pasado no va a conducir a ningún lado. No es casual que haya millones que busquen algo nuevo y que eso se refleje en las luchas sociales, en sindicatos, facultades, colegios y también en las últimas elecciones. Pero también creo que en la propia izquierda hay viejos vicios, que si no se cambian tampoco ayudan a que surja algo nuevo y, sobre todo, algo grande y con peso.
Es tan grande el espacio político y sindical que hay y la necesidad de millones de construir una nueva alternativa, que no se puede pretender que todo eso quepa en pequeños frentes o en armados que solo reflejan una visión parcial de izquierda y no al conjunto. En esto vemos todavía un retraso que atenta contra un aprovechamiento integral del momento político. Hay que abrirse, saber trabajar con diferencias, privilegiar los puntos de acuerdo y debatir tranquilos el resto de los temas. Es decir, generar mecanismos democráticos para construir unidad en las elecciones y más a largo plazo.

El Frente de Izquierda hizo buenas elecciones. ¿Eso alcanza? ¿Cuál es tu proyecto?

El Frente de Izquierda es uno de los actores políticos de izquierda y nosotros respetamos su ubicación, pero es algo mucho menor a lo que hace falta. Por lo que te decía antes, la mayoría de organizaciones populares y de la militancia de izquierda no es parte del FIT, y encima ellos no hacen ninguna propuesta unitaria y viven un gran debate interno con fuerte crisis entre sus partidos integrantes.
Nuestro proyecto es más audaz y superior: conformar un gran frente o movimiento político común de toda la izquierda política y social, que actúe en las luchas y que no sea solo electoral sino más a largo plazo, como hay experiencias en otros países. Y como en las elecciones esa unidad tiene que reflejarse política y electoralmente, proponemos que aprovechemos las internas abiertas, que nos presentemos todos juntos y nos comprometamos a respetar los resultados, para luego ir juntos a las elecciones presidenciales. Es lógico que los compañeros de UP propongan como candidato a De Gennaro y los del PO a Altamira. Ya muchos compañeros del MST también están proponiendo que Vilma y yo seamos candidatos. Una gran interna de todos juntos sería una unidad superior, incluso, a la suma de las partes.
Leí estos días un artículo de Altamira donde rechaza esta propuesta. Es una lástima que se encierren tanto y rechacen mecanismos democráticos. Evidentemente, prefieren que siga la dispersión y continuar con las peleas eternas por candidaturas, lo cual no ayuda para nada. Nosotros vamos a seguir insistiendo en esta propuesta, porque creemos que es la más unitaria y razonable, si de verdad queremos un gran frente. Y vamos a poner a todos nuestros candidatos y referentes a disposición de esta tarea.

¿Entonces, ustedes le hacen esta propuesta a qué otros sectores?

Como te decía, hay miles de compañeras y compañeros de izquierda debatiendo estas mismas cuestiones. Nosotros también dialogamos con las corrientes que actúan dentro de la CTA, como Unidad Popular de Víctor De Gennaro, a quienes también les hacemos llegar esta propuesta de hacer un gran frente y de buscar formas democráticas, como una interna, para que las candidaturas no sean motivo de división. Lo mismo al PCR, a Marea Popular y otras organizaciones. Nosotros no tenemos una actitud sectaria de excluir de antemano, o decir con tal o cual no.
Primero se define un programa común, que tiene que ser anticapitalista, antiimperialista y contra los viejos partidos. Y todo el que esté de acuerdo con eso puede ser parte.
A partir de ahí, viene el tema de cómo construir ese espacio común. Desde ya, hacia las elecciones podemos avanzar en base a un acuerdo. Lo que nosotros decimos es que la experiencia indica que eso es muy difícil. Y que entonces, si no hay acuerdo, que no nos dividamos. Si toda la izquierda vamos juntos a internas, sería un canal de participación para millones y un enorme hecho político. Este es un debate primordial de los próximos meses. Ojalá haya sectores que se animan a transitarlo con nosotros.

Una última pregunta: ¿cómo va la construcción del MST?, ¿qué perspectivas ves?

Estamos en un buen momento, llegando a nuevas provincias y ciudades. Estos días viajo a Neuquén a inaugurar un nuevo local. Venimos de extendernos a Cipolletti, en Río Negro; estamos iniciando un nuevo trabajo en Formosa y fundando el partido en La Rioja. Avanzamos en ciudades del interior de la provincia de Santa Fe, y entre la juventud y los trabajadores de la salud de Córdoba. Ya casi no quedan provincias donde no estemos, y además al interior de cada una de éstas vamos llegando a nuevas ciudades. En el caso de la Capital del país, donde soy diputado, tenemos un fuerte trabajo en las comunas y transitamos un salto en la construcción sindical, sobre todo entre los estatales, docentes, la salud pública y el gremio de la Sanidad, lugares en donde nos toca conducir sectores.
Vemos muchas perspectivas para este período, lo que trae aparejado nuevas responsabilidades. Se va a entrar a un cambio político en el 2015 y para la izquierda van a crecer las oportunidades. Nosotros estamos jugados a intervenir en ese proceso haciendo un gran MST, para lo cual invitamos a todos a sumarse, a conocerlo. Y también para que desde el MST aportemos con fuerza en la posible construcción de un movimiento grande y unitario. Eso no depende sólo de nosotros: es una tarea que requiere otras voluntades y veremos si las hay. De nuestra parte existe, y a la vez seguiremos con nuestra construcción permanente de esto que llamamos una nueva izquierda.


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