Finalmente, con un resultado bastante ajustado, Macri ganó las elecciones y será el nuevo presidente. La campaña final de Scioli intentando mostrar que Macri era el ajuste y la devaluación le permitió crecer y dar pelea hasta el final, pero igualmente no llegó a derrotarlo. Para nosotros, el triunfo de Macri se explica por una serie de situaciones que es imprescindible analizar y tomar en cuenta.
Por un lado, surge evidente que el resultado expresa el hartazgo de un sector muy grande de la población con el gobierno nacional, con sus mentiras y dobles discursos. A Macri lo vota una franja que expresa concepciones más de centro o derecha, pero no todos los que votan por Macri quieren eso. Una gran cantidad de personas que votaron al PRO lo hicieron centralmente por oposición al kirchnerismo, por voto castigo, por querer ver algún cambio. En esa franja de votantes hay miles de docentes que cobran mal, trabajadores que les roban con el impuesto al salario, desocupados cansados del mal vivir, jubilados muy mal pagos, jóvenes sin futuro, familias sin vivienda.
Macri gana no porque la sociedad se haga derechista sino porque los falsos progresismos como el FPV no solucionan los problemas de millones, y así en medio del descontento le abren la puerta a candidatos como Macri que aprovechan el voto castigo o la necesidad de cambio. Entender esto es importante, porque ya aparecen los funcionarios K o los punteros del PJ que le echan la culpa a la gente por sus propias incoherencias como proyecto. Porque es verdad que con Macri ganan Monsanto, Chevron y la Barrick, pero estas corporaciones ya venían ganando con Cristina y también hubieran ganado con Scioli. Es verdad que con Macri viene un duro ajuste, pero ajuste ya había en muchos sectores. Es verdad que viene la devaluación, pero el dólar viene siendo devaluado hace varios años a la par de una inflación que golpea a los sectores populares.
De todo esto no puede culparse a nadie más que al proyecto del FPV, que en 12 años no pudo resolver estos problemas ni se animó a tocar intereses de grandes corporaciones financieras, mineras, petroleras y del agronegocio, mientras le cobra el 21% de IVA a los sectores populares en sus compras básicas. De esta realidad surge el resultado. Y este proceso se vive también en otros lugares de Sudamérica, donde gobiernos autotitulados progresistas como el de Dilma y el PT de Brasil o el venezolano de Maduro viven momentos de mucha crisis por no responder a las demandas sociales de millones ni avanzar a tocar intereses capitalistas. Así también en esos países, sectores de la derecha tradicional retoman más peso electoral por responsabilidad de esos gobiernos que decepcionan a su propia base social.
Macri ganó también porque el propio FPV le permitió fortalecerse y crecer, votándole durante estos años todas las principales leyes del PRO en la CABA, acordando con él en Provincia de Bs. As., votando juntos en el Congreso la ley “antiterrorista”, pactando, dejándolo ganar peso político. Detrás del discurso contra el macrismo hubo años de negociaciones y acuerdos. Y alertamos que lo mismo pueda volver a suceder en adelante, cuando se voten los presupuestos no teniendo Macri mayoría en el Congreso Nacional ni en Buenos Aires ni en la CABA. ¿Con que votos podrá hacer pasar sus proyectos económicos y políticos? Posiblemente sigan los acuerdos por debajo de la mesa, las votaciones en común con parte importante del FPV y el PJ.
La izquierda, el voto blanco-nulo y la tarea pendiente: ser de verdad alternativa para millones
Macri ganó y se viene seguramente un ajuste y un ataque a las mayorías populares. Como siempre, tenemos que enfrentarlo en las luchas que vienen con la mayor unidad entre los trabajadores, las mujeres y la juventud. En estas peleas que se aproximan nos encontraremos en la calle quienes hoy votamos en blanco porque no avalamos a ninguno de estos dos candidatos conservadores, amigos de las grandes corporaciones. Y también nos encontraremos enfrentando el ajuste con miles de trabajadores y estudiantes que honestamente han votado hoy contra Macri; es más: también con trabajadores y jóvenes que votaron por Macri ayer podremos volver a encontrarnos en la calle mañana. En el país que viene, todos tenemos que aportar para frenar el ajuste y pelear por los derechos sociales que nos corresponden.
La otra tarea decisiva es construir una herramienta nueva y grande desde la izquierda, para ver si en adelante podemos trabajar firme y ampliamente para ser alternativa de verdad. Porque esta es una tarea pendiente y necesaria. Es evidente que el FIT se ha negado todo el tiempo a la unidad amplia que hace falta, antes de las PASO, durante la campaña general y también se negaron ahora a hacer una campaña en común por el voto en blanco o nulo, debilitando la necesaria tercera posición que hacía falta. No se puede seguir por ese camino de sectarismo que debilita a toda la izquierda.
Para la etapa que se abre debemos animarnos a construir algo nuevo, amplio y unitario desde la izquierda política y social, con todas y todos aquellos que vean necesaria esta perspectiva. Desde ya que el FIT tiene que ser parte si cambia y se abre a un debate democrático, pero no puede depender de eso lo nuevo que hace falta construir. Por eso invitamos a todas las organizaciones populares y de izquierda que hoy no integran ese frente, a los intelectuales comprometidos, a los referentes sindicales, sociales y estudiantiles, a las luchadoras feministas y a los ambientalistas; a todxs los invitamos a comenzar un dialogo e intercambio político para ir construyendo, a la par que enfrentamos el ajuste macrista, una nueva herramienta política que se juegue a ser alternativa de gobierno en el futuro.
23 de noviembre de 2015.
Alejandro Bodart y Sergio García,
por la Dirección Nacional del MST-Nueva Izquierda
1 Comentario
hector zaris · 23 de noviembre, 2015 en 23:01
el ajuste viene al que salir a luchar enfrentarlo en la calle y de una ves dejarse de joder y tratar de hacer una confluencia de toda la izquierda para ser opcion de gobierno
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