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chevronLa pérdida de cuatro millones de votantes que acaba de sufrir el gobierno nacional, además de ilusionar a las distintas fuerzas burguesas que se postulan para reemplazarlo en el 2015, ha fortalecido a todas las expresiones de izquierda. Y todo parece indicar que este fenómeno seguirá avanzando.
Nuevamente, como sucedió en los ’80 con el MAS e Izquierda Unida, en los albores del Argentinazo con la nueva IU o inmediatamente después con Luis Zamora, la izquierda se encuentra ante una enorme oportunidad y responsabilidad. Aunque todos los que nos reclamamos parte de la izquierda tenemos que asumir los desafíos que nos plantea la nueva etapa que comienza, es evidente que la responsabilidad mayor hoy recae en el FIT ya que son los que han hecho la mejor elección.
Lamentablemente, ninguna de las experiencias del pasado logró transformarse en una alternativa real de poder y luego de un breve período de fortalecimiento vino el ocaso. En esta nueva oportunidad que se nos presenta, entre todos tenemos que trabajar para que no nos vuelva a pasar lo mismo.

¿El objetivo debe ser meter diputados o lograr que la izquierda se transforme en opción de gobierno?

Nosotros somos categóricos. Si aquellos sectores que vienen de realizar una excelente elección se conforman con un par de triunfos superestructurales y no se proponen trabajar para lograr que la izquierda sea visualizada como alternativa de gobierno por franjas cada vez más importantes de trabajadores, jóvenes y sectores populares, más temprano que tarde les sobrevendrá un nuevo retroceso.
Al servicio de aportar positivamente a este debate que nos debemos entre todos los luchadores, trataré de explicar brevemente algunas de nuestras opiniones fundamentales.

Hace falta una renovación programática tricolor

Junto a levantar las reivindicaciones más sentidas de los trabajadores y propuestas de fondo para solucionar las demandas populares, se impone incorporar como una tarea anticapitalista de primer orden la defensa del medio ambiente y nuestros recursos naturales ya que están siendo atacados brutalmente por los gobiernos y la sed desmedida de ganancia de corporaciones como Chevron, Barrick, Monsanto, Irsa y otras. Y también, en un plano de igualdad, es preciso destacar las respuestas a toda la problemática de género.
Todas estas tareas son parte indivisible del programa anticapitalista y socialista que hace falta construir de manera colectiva entre los que nos proponemos terminar con el actual sistema de explotación del hombre por el hombre y avanzar a una sociedad justa y solidaria, sin opresión, en donde todos y todas podamos vivir dignamente y en paz.

Aprender a trabajar con diferencias e impulsar la más amplia unidad posible

La unidad de un sector de la izquierda puede permitir dar pasos importantes. Lo hemos visto en el pasado y lo estamos viendo actualmente. Pero es limitada si queremos construir una organización que gane el peso suficiente como para disputarle a mediano plazo el poder a la burguesía.
Para este objetivo hace falta una unidad mucho más amplia, que incluya a la gran mayoría de la izquierda, entendiendo como tal a expresiones que provienen de distintas tradiciones, no solo la trotskista, y desde ya sin excluir a ésta del papel fundamental que esta corriente de la que nos consideramos parte está destinada a jugar en cualquier tipo de reagrupamiento.
Creemos que sería necesario conformar, por ejemplo, un gran Movimiento que actúe de manera permanente, no solo en el plano electoral sino en las luchas cotidianas y extraparlamentarias que recorren a nuestro pueblo. Y donde cada partido u organización pueda mantener su independencia organizativa y actuar como tendencia.
Evidentemente, para lograr una organización de este estilo hace falta avanzar hacia una nueva cultura política donde se priorice todo lo que nos une, aprendiendo a trabajar con diferencias y a aceptar reglas democráticas que permitan zanjar las lógicas disputas.

Una revolución metodológica

La posibilidad de avanzar hacia una propuesta política y organizativa unitaria de este tipo también tiene que traer aparejado el combate a una serie de vicios que se han ido acumulando en el seno de la izquierda durante años de marginalidad.
Nos referimos al personalismo, la autoproclamación, el aparatismo, la autosuficiencia, el burocratismo y muchos «ismos» más que es preciso desterrar.

Nuestro aporte a la revolución argentina

Somos conscientes que el proyecto político que nosotros proponemos no es el único existente. Desde hace bastante venimos polemizando con compañeros que defienden posturas que, a nuestro juicio, son muy sectarias o muy oportunistas. Lo seguiremos haciendo todo el tiempo que sea necesario.
Al mismo tiempo y con la fuerza renovada por la favorable nueva situación que nos toca vivir, en el próximo período nos proponemos fortalecer nuestro partido, agrupando a todos aquellos compañeros y compañeras que compartan nuestros puntos de vista y sean conscientes de la necesidad, para el futuro de la revolución argentina, de que un proyecto como el nuestro crezca y se desarrolle.


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