Los más humildes reclaman vivienda digna. Es una demanda justa. El problema no son “los “extranjeros” y “los vagos”, sino la tremenda falta de vivienda que los gobiernos no resuelven.
La toma de Lugano se inició el lunes 24 cuando un grupo de vecinos empezó a instalarse en el ex cementerio de autos de la Federal, un terreno vacío y contaminado junto a la Villa 20. Son personas de muy bajos recursos, muchos sin empleo o que por trabajar en negro y ganar chauchas no pueden alquilar ni acceder a un crédito, con hijos, obligados a pagar alquileres de hasta 1.500 pesos en la villa por una pieza con baño compartido, a menudo hacinados en condiciones infrahumanas. En semejante precariedad, no es raro que a veces terminen siendo víctimas de algún puntero o mafioso.
En esa zona tan necesitada, con el pacto PRO-K hace tiempo les dieron exenciones fiscales a los grandes laboratorios y el año pasado también a los empresarios del transporte de cargas. Justo enfrente de la salita donde debería estar el prometido hospital y de la Villa 20, que aún no fue urbanizada aunque la Ley 1.770 lo ordena… ¡desde el 2005!
Un round ganado: se evitó la represión y el desalojo
La insensibilidad del gobierno de Macri hacia los más carenciados reapareció cuando cortaron todo diálogo y llegó la orden de desalojar con la policía. Entonces los diputados de izquierda Alejandro Bodart (MST-Nueva Izquierda) y Marcelo Ramal (PO-FIT) se fueron allá junto al diputado Gustavo Vera (Verde Alameda-UNEN) para ponerse a disposición de la gente, parar la represión y evitar otro “Parque Indoamericano”. También fueron algunos comuneros, entre ellos Tzanoff. Esta acción conjunta mostró el positivo rol de la izquierda cuando se une.
Los diputados propusieron formar una mesa de diálogo y la asamblea y sus delegados aprobaron la propuesta. La fuerza del reclamo y su difusión por los medios ayudaron a que se sumaran varios legisladores del Frente para la Victoria y UNEN. Y así, con el cordón de diputados y la gente dispuesta a resistir frente a la Metropolitana y la topadora, se paró la represión y la policía se tuvo que ir. Las familias aferradas a los alambrados del predio festejaron al grito de “¡el pueblo unido jamás será vencido!” Hubo emoción y muchas muestras de agradecimiento a los diputados de izquierda.
Esa noche se le entregó a la justicia una nota firmada por 15 diputados de toda la oposición proponiendo “una mesa de diálogo y trabajo multisectorial, con representantes del Ejecutivo, del Legislativo, de los vecinos y asociaciones a efectos de encontrar una salida pacífica” y que “hasta tanto no intervenga dicha comisión a fin de encontrar una solución no violenta del conflicto no se dicte ninguna medida compulsiva”.
Ante los incumplimientos del PRO, exigen garantías
El día 5 hubo dos reuniones. En el juzgado de la jueza Liberatore, ante funcionarios de la Defensoría General y otros organismos, de palabra el Procurador se comprometió a que el gobierno presente este viernes 7 un plan de saneamiento de las tierras y el viernes 14 un plan de urbanización de la Villa 20.
A la tarde, en la Legislatura, se reunieron Emanuel Duarte y Marcelo, delegados de las casi mil familias ocupantes; los diputados Bodart, Ramal, Vera, María Rachid (FpV) y Maximiliano Ferraro (UNEN), y un cura de la Pastoral Social. El PRO estaba invitado, pero no fue. Los delegados reseñaron todas las promesas incumplidas por el gobierno macrista en estos años: la gente ya no les cree más. Ante esa falta de garantías, propusieron una salida distinta: si se inicia el plan de viviendas están dispuestos a un desalojo progresivo, pero paralelo al avance de las obras.
Se acordó ir todos el viernes 7 a la reunión de la Comisión de Vivienda de la Legislatura. Los diputados llevarán un proyecto para concretar la mesa de diálogo, reiterando que no haya ningún desalojo. También se resolvió hacer otra reunión el martes 11, más amplia. Como el PRO sigue incriminando a la toma y la jueza porteña López Iñíguez ordenó un nuevo desalojo aunque condicionado a lo que resuelva la Cámara de Apelaciones, Bodart planteó la necesidad de estar alertas para volver a actuar en unidad y hubo acuerdo general.
Vivienda: encarar el problema de fondo
Ahora es urgente resolver el conflicto de Lugano sin violencia, que el PRO acepte la mesa de diálogo para dar garantías y empiece de una vez la urbanización. Pero a la vez hay que abrir un debate más de fondo, porque la falta de vivienda no afecta sólo a los más humildes: para cualquier trabajador o vecino de clase media acceder a la casa propia también es una utopía.
El déficit habitacional porteño hoy ronda las 100.000 unidades, o sea más de 400.000 personas con problemas de vivienda. Hay miles de viviendas ociosas y los alquileres son de terror. En la ciudad más rica del país el macrismo autoriza nuevos shoppings, pero redujo el presupuesto para Vivienda a menos de la mitad: del 2.7% del total presupuestario en el 2013 a un miserable 1.3% este año. El IVC no construye nada. Y los créditos del Banco Ciudad exigen requisitos inalcanzables. Es que los gobiernos capitalistas, sea Macri, Scioli o Cristina, priorizan el negocio inmobiliario por sobre las necesidades del pueblo.
Bodart y el MST rechazamos todo intento de enfrentar a pobres contra pobres y vamos a seguir firmes en exigir la urbanización de las villas, un plan de alquileres sociales y un verdadero plan de construcción de viviendas. El techo es un derecho de todos.
Rubén Tzanoff (Comunero C9) y Pablo Vasco